La hidroxicloroquina es un medicamento derivado de la cloroquina, siendo así un antimalárico o antipalúdico, es decir, se usa para el tratamiento de la malaria, también se ha visto utilidad en el campo de las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y del lupus.
Diversos estudios científicos en el mundo han puesto a este medicamento como un posible tratamiento para el COVID-19. En Colombia, desde el 6 de abril del presente año, el Ministerio de Salud y Protección Social, aprobaron la hidroxicloroquina como un tratamiento para el coronavirus, mas no para prevenir el virus. Dentro de estos estudios clínicos que dicen que el uso de la hidroxicloroquina y cloroquina pueden ayudar en el tratamiento de la enfermedad de coronavirus, se han encontrado efectos contraproducentes en algunos pacientes. Es por esta razón que el fármaco sigue en debate frente a ser un tratamiento, ya que no ha sido efectivo en todos los pacientes con coronavirus; debido a ésto, se pide no automedicarse aunque existan resultados que inhiben la replicación del virus.
Estos mismos estudios han mostrado que la hidroxicloroquina se comporta en los pacientes de diversas maneras, es decir, dependiendo del organismo, el medicamento puede manifestarse en algunos casos en dolor de cabeza, mareos, pérdida de apetito, malestar estomacal, diarrea, dolor de estómago, vómitos, e incluso, puede producir sarpullido. En algunas ocasiones puede causar efectos secundarios más graves que pueden derivar en problemas para ver o leer, sufrir convulsiones, debilidad muscular, somnolencia, sensibilidad para escuchar, entre otros.
La hidroxicloroquina tiene un riesgo posible de arritmias ventriculares y muerte súbita cardiaca, afirma la Clínica Mayo de Estados Unidos, debido a que puede llegar a prolongar el intervalo Q-T, que son las ondas eléctricas representadas en un electrocardiograma, estos impulsos eléctricos son los encargados de contraer el corazón y así bombear de manera sincronizada la sangre al resto del cuerpo, bloqueando los canales de potasio que controlan el sistema de recarga eléctrica de este órgano; lo que se recomienda monitorear con electrocardiogramas a los pacientes que estén recibiendo el fármaco.
Asimismo, la Clínica Mayo reconoce que “la hidroxicloroquina puede evitar que los virus SARS-CoV y SARS-CoV-2 (causante del covid-19) se adhieran y entren en las células". Además, añade que "En última instancia, la comparación de los riesgos y beneficios depende de si la hidroxicloroquina, con o sin azitromicina, es realmente un tratamiento efectivo contra covid-19", es por esta razón principalmente que el uso del medicamento se debe tomar al criterio del médico, quien estará encargado de supervisar la evolución del paciente.
