Cubana denuncia que la quieren “botar” de Nuevo Vedado “por ser negra”

La cubana Mileydis Vaillant Despaigne denunció en entrevista con el diario independiente Cubanet que la quieren echar de su casa en Nuevo Vedado, un barrio residencial habanero, entre otras cuestiones “por ser negra”.

En octubre de 2018 Vaillant Despaigne permutó su casa por una que necesitaba arreglos en Nuevo Vedado, en una segunda planta. En apariencia había realizado un “negocio redondo”.

No obstante, aquello se convertiría en una pesadilla para ella y su familia, pues, desde el primer día, se desató una “guerra campal” con los vecinos de los bajos.

“Nada más aterricé. No entendía por qué, hasta que supe que querían quedarse con esta casa”, contó Vaillant al reportero Osniel Carmona.

Agregó que “por su entrada están los relojes de la electricidad y del gas, yo nunca los he podido ver. Tampoco me dejan instalar un motor para que el agua suba, los vecinos son los que a veces me ayudan”.

La señora relató que cuando decidió quejarse a las autoridades se desató “una ola de represión” en su contra de parte de varios funcionarios del municipio Plaza, fiscales y trabajadores de Planificación Física del territorio.

“Todos los días venía un carro patrullero a buscarme, me encerraban y sufría todo tipo de abusos (…) Estuve 48 horas sentada en un banco de concreto hasta que me metieron en un cuarto oscuro, lleno de agua sucia y de caca. Las condiciones eran pésimas. Como resultado, sufrí una parálisis facial”, declaró.

Vaillant Despaigne expuso que, además de todos los abusos físicos y psicológicos, ha tenido que aguantar insultos racistas. La cubana recordó que la zona en la que vive es para “dirigentes y funcionarios con altos cargos”.

“Esa gente me gritaba la mona enjaulada, la negra que quería caminar por el pasillo de los blancos. Escribí a la Comisión Aponte y resulta que el expediente se volvió a perder”, explicó.

Mileydis apuntó que ella fue “Vanguardia Nacional” cuando trabajaba en Comercio Interior y que su esposo es veterano de la guerra en Etiopía y Angola.

“Nada de eso importó cuando murió, ni siquiera lo pudimos despedir en paz. El jefe de sector vino porque supuestamente estábamos arrastrando las sillas y eso molestaba a la gente de abajo. Dijo lo mismo de siempre, que somos una familia de negros desafectos, y que lo mejor que podía pasar es que nos fuéramos del barrio”, finalizó.