Mientras la prensa oficial en Cuba publica hoy de manera triunfal que “Cuba es el país más saludable de América Latina y le gana a Estados Unidos por cinco puntos”, muchos casos de mala práctica médica, negligencias y decisiones indolentes son noticias que no llegan a los medios de comunicación en la isla.
Idalianna Quintero Acevedo, asegura que acudió a varios hospitales en Villa Clara, Cuba y recibió opiniones contradictorias de los médicos. Supo que tenía cáncer cuando la amputación era irreversible.
Con 19 años, Idalianna Quintero Acevedo sufrió la amputación del antebrazo izquierdo por causa de un tumor óseo cuyo progreso atribuye a la presunta negligencia de los médicos que la trataron en el hospital de Sagua la Grande, Villa Clara.
La joven tiene ahora veinte años y se adiestra, después de graduarse de técnico medio en Normalización y Control de Calidad, en el laboratorio de Calidad de la Empresa Pecuaria Macún, una de las principales entidades ganaderas de Cuba.
Durante el régimen de los Castros en Cuba, la Iatrogenia (daño en la salud, causado o provocado por un acto médico) ha sido considerado un tema tabú dentro de la medicina cubana, y escasamente reportado en los medios oficiales.
Para Idalianna todo comenzó cuando tuvo un pequeño accidente de trabajo en octubre de 2016. Los médicos le diagnosticaron una tendinitis, sin intentar otros métodos de diagnóstico para confirmar el resultado, asegura.
Idalianna cree que su caso corresponde a la negligencia médica favoreció el progreso del cáncer. “El tumor existía desde que tenía 15 años, pero fue detectado a los 19”, explica.
Después de tres meses de molestias, debió regresar al hospital. “Me tuve que poner fuerte y pedir que le hicieran un ultrasonido, porque no se lo querían hacer”, cuenta Daily Acevedo, la madre de la joven.
Detectaron el tumor con el ultrasonido, pero le aseguraron que no era maligno. Tras esos diagnósticos confusos, el cáncer se expandió al músculo y luego a las articulaciones de la mano.
“Fui transferida a La Habana en enero de 2017 para hacer un relleno de hueso”, explica Idalianna. “Con una nueva biopsia se percataron de que el tumor era maligno y tenían que amputar”.
“Se hizo conferencia con Rodrigo Álvarez Cambra, un reconocido cirujano cubano, y otros médicos de Francia porque no entendían cómo una ‘niña’ de 19 años tenía un tumor común en las mujeres de 40 años”, recuerda Daily.
A pesar de la terapia psicológica que recibió en el Hospital ortopédico Frank País, de La Habana, Idalianna se negó a la amputación del brazo y se hizo necesaria la supervisión permanente tras varios intentos suicidas.
“Yo solo tomé la decisión de amputar después de negarme rotundamente, porque era la mejor opción antes de que el tumor tomara mi cuerpo; fui operada el 6 de abril”, dice.
Idalianna practica taekwondo, esperanzada de asistir en los próximos meses a las competencias provinciales. Su interés por el deporte es reciente y le ayuda a recuperar la autoestima.
“La verdad es que nunca me gustó el deporte, pero ahora me da satisfacción y me siento bien”, confiesa.
Daily cree que la medicina en Cuba carece de recursos para chequeos regulares que permitan conocer el estado de salud del individuo. Por consiguiente, las enfermedades se agravan en muchos casos.
A diferencia de muchos países del mundo, donde la entidad responsable del error o alguna entidad del estado pudiera indemnizar a la víctima o a su familia, Cuba carece de recursos legales para ello. Así que el doloroso quedará así, sin solución, como una mala estadística más, en un sistema que se precia del nivel de su medicina y del respeto a sus ciudadanos.
Amputaciones por negligencia médica, ¿un problema frecuente en Cuba?
Lázaro Ernesto Márquez Álvarez contó en un video para el canal Cubanos por el Mundo en Youtube cómo le nació una hija con parálisis cerebral porque los médicos atrasaron el parto de su esposa durante 36 horas en el hospital de Pinar del Río.
“Las consecuencias son que no puede caminar, no puede hablar”, explicó.
Jorge Rodríguez, cubano residente en Tampa, Estados Unidos, a mediados de febrero contó en un video cómo a su padre le amputaron parte del pie por un descuido médico en el Instituto Nacional de Angiología de La Habana.
En junio, por último, se difundió en algunos medios digitales el caso de Alexa Prieto, una niña cubana a la que presuntamente le fueron amputadas las piernas por error, a los tres meses de edad, después de ingresar al hospital pediátrico de Marianao, La Habana, con una infección generalizada de origen bacteriano.
Hace unos días el medio de prensa Café Fuerte publicaba imágenes sobre el deterorioro del Hospital Naval.
Por si fuera poco, medios oficiales en la isla han reconocido en el pasado el deterioro en el que se encuentran los centros médicos cubanos.
A continuación, una muestra del estado actual de algunas instalaciones sanitarias del país. Se advierte que hay imágenes que pudieran lesionar la sensibilidad de algún lector.