Beatriz Márquez Castro, cantante, compositora y pianista cubana bautizada como La Musicalísima esta hoy de cumpleaños. Esta exponente de la canción romántica, el feeling y el bolero, incursionando con gracia en los mismos, interpretando temas de autores muy prolíferos como René Márquez, Marta Valdés, Juanito Márquez, Silvio Rodríguez, Germán Nogueira, entre otros.
Su registro de mezzosoprano ha hecho posible sus gustados “descensos” a tonos graves, como sus inesperados, y no menos apreciados, “ascensos” a tesituras mucho más altas, sin perder su definitorio estilo, muy apropiado para la canción y el bolero, géneros en los que se mantenido como una de sus principales cultivadoras en Cuba.
Sus allegados cuentan que desde niña, Beatriz se sentía atraída por el mundo de la música, la vocalización y el pentagrama, gracias a lo influyente que fue su padre para ella, pues es hija del cantante y compositor René Márquez.
A su padre le debe su parte “musicalísima” a lo largo de su formación.
Gracias a lo que representaba la figura paterna, se inició en estudios musicales en el Conservatorio “Amadeo Roldán” y luego los continuó en la Escuela Nacional de Arte, donde le dieron calases de dirección coral, apreciación musical, el solfeo, teoría y armonía.
Con un cariño especial recuerda Beatriz a sus profesores. Ellos la ayudaron a conseguir la raíz del arte y empaparla en su propia naturalidad.Su debut fue en el grupo musical Los Barba y con estos logros su primer éxito: una versión propia de la famosa canción “Con su blanca Palidez”. En el año 1970 comenzó a trabajar con Eddy Gaytan y forjó su carrera como solista. Allí comenzó su exitosa trayectoria en ascenso hasta el día de hoy, pues la excelente cantante ha nutrido su discografía con “Simplemente Beatriz”.
Grabado bajo el sello discográfico cubano Colibrí, este nuevo material cuenta con la dirección musical de Alfredo Thompson y cuenta con temas antológicos de grandes compositores cubanos, excepto una pieza musical que es de la autoría del cantante brasilero Ivan Lins.
En 1970 comenzó su carrera como solista y fue en ese mismo año que su nombre apareció entre las listas de las canciones preferidas por el público para ser partícipe de la Canción Varadero 70.
Este evento fue su primera aparición internacional, y aunque compartió escenario con renombrados artistas, su presencia no pasó inadvertida. La calidad vocal de la Musicalísima se destacó desde ese momento y le abrió paso a participar en numerosos certámenes, en los cuales obtuvo significativos premios.
Como solista, la cantante se ha mantenido fiel en interpretar las canciones de su padre. Piezas como “No respondo”, “espontáneamente” y “explícame por qué”, son piezas fundamentales de su repertorio además de piezas de su propia autoría, entre ellas “Se perdió nuestro amor”, “Busco nuevamente mi sentir” y “Despídete de todo mi existir” que disfrutan de la aceptación del público.
A lo largo de su carrera como cantante, Beatriz, ha compartido grandes experiencias con su grupo musical, aunque a veces es creadora de sus propias piezas en el piano. Es una artista que se destaca por su estilo único. . Las condiciones vocales, el timbre, la afinación ideal, musicalidad y registro vocal la particularizan en la lista de cancioneras criollas.
Tiene una singularidad de interpretar amores, desamores y demás, poniéndole su toque único. Sabe interpretar con naturalidad
Beatriz Márquez ha desarrollado notoriamente su afinación a lo largo de su carrera. Muchos de sus maestros estaban seguros que nació con ese don de saber cantar. Sin embargo, Beatriz reconoce que los conocimientos adquiridos de sus maestros fueron de gran ayuda.
Posee una maestría interpretativa y excelente afinación en su voz, la “Musicalísima” se lo debe al escritor cubano Orlando Quiroga quien la nombró de tal manera. A pesar de transcurrir varias décadas, se mantiene cotizada y popular.