Aunque los primeros asentamientos judíos en Cuba se remontan a principios del siglo XX, hoy apenas queda una comunidad judía de alrededor de 1200 personas. Sin embargo, cada vez son más los turistas judíos que visitan la isla.
En ellos pensó Saul Berenthal, propietario del hostal Chateau Blanc, primer establecimiento kosher en Cuba.
"Haber nacido y haberme criado aquí -dice Berenthal- me da cierto amor por todo esto".
Este empresario, hijo de judíos de Europa pero criado en la isla, emigró como tantos otros judíos a principios de la Revolución. Hoy ha regresado para establecer en Cuba un negocio turístico dedicado a una comunidad específica: los judíos ortodoxos, que practican la religión en su variante kosher, puedan viajar a la isla y sentirse "como en su casa".
El establecimiento, situado en el barrio habanero de Nuevo Vedado, está hecho para proveer todas las cosas que necesitan los judíos practicantes kosher. La comida es especial, no sólo por los ingredientes y el tipo de comida, sino también por el ritual de su preparación, certificado por un rabino que los verifica.
Muchos judíos viajan a Cuba y pueden quedarse en cualquier hotel u hostal. Pero los que practican la variante más ortodoxa o kosher (una palabra que deriva del hebreo kashrut y que significa “puro”) no tenían hasta el momento ningún lugar que los acogiera.
Parte de los preceptos de la religión judía tratan de lo que los practicantes pueden y no pueden ingerir, basado en los preceptos bíblicos del Levítico (uno de los libros bíblicos del Antiguo Testamento y del Tanaj). Tales reglas, interpretadas y expandidas a lo largo de los siglos, determinan con precisión qué alimentos se consideran puros, es decir, cuáles cumplen con los preceptos de la religión y cuáles no.
Usualmente se asocia la idea de kashrut con dos de las costumbres alimenticias de los judíos: la que establece que los cárnicos no deben ser consumidos al mismo tiempo que los lácteos; y la que prohíbe a los judíos comer carne porcina en cualquiera de sus formas (Levítico). Esta idea es sólo parcialmente correcta, pues el concepto es mucho más vasto y se extiende a prácticamente todos los alimentos.
Ahora los practicantesde esa religión tendrán en la capital cubana un establecimiento que cumple con las estrictas normas.
"Nuestras cocinas están equipadas con refrigeración, fregaderos, hornos, vajilla y vajilla separadas para garantizar los más altos estándares de higiene y preparación de alimentos. Nuestros chefs están bien familiarizados con las estrictas leyes dietéticas de kashrut que nos permiten crear una experiencia culinaria cubana memorable bajo una estricta preparación kosher", dice la página web del Chateau Blanc.