Sombra de tu Luz es uno de los últimos documentales de Televisión Serrana, que discursa sobre un polémico tema: el abandono en la tercera edad. El realizador Carlos Rodríguez Fontela nos entrega con este documental de observación una dolorosa historia donde sus protagonistas, dos ancianos de avanzada edad, viven sus vidas en el más completo olvido y soledad.
Miguel Milán (casi nonagenario) vive en la comunidad de Maguaro en Buey Arriba, crió seis hijos y espera cada día porque alguno de ellos aparezca, pasa el tiempo mirando hacia el camino, esperando no sabe qué. La cámara se convierte en cómplice de esa obstinada espera, que a modo de paratexto aparece en pantalla cuando leemos: mi hijo me dijo que venía el viernes a verme, cuánto hace que no los veo, no tengo señal de mis hijos, me gustaría que estuvieran aquí conmigo. Esta silenciosa confesión conmueve porque no se necesitan palabras para narrarnos un retrato descarnado del más completo olvido en el que vive el anciano, y sobre todo porque es la espera la verdadera protagonista del documental, la espera y la fe en que algún día llegarán los familiares por ese camino angosto que no dejan de mirar.
El otro anciano protagonista se llama Pedro Núñez, tiene 82 años, reside en San Pablo de Yao, crió a tres hijos y ya no recuerda desde cuando vive solo. Es Sombra de tu luz una confesión silenciosa de dos ancianos que apenas sobreviven en condiciones de extrema pobreza. La cámara objetiva insiste en que seamos partícipes de dicho abandono. Se nos muestra el interior de las casas, en muy mal estado, apenas si tienen un camastro, algunas ropas viejas y medicinas. Pareciera que a todas luces el realizador insiste en que seamos testigos de este poderoso drama donde la soledad y el silencio se convierten en la única compañía posible para ellos.
Logro del documental es prescindir de la entrevista. El sonido ambiente funciona aquí como un personaje más. El canto de los pájaros acompaña el día a día de los ancianos, que todo el tiempo esperan, mirando hacia un camino por donde nadie aparece.
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Una de las escenas más crudas es cuando uno de los hijos de Pedro Núñez aparece con una cantina, la cámara no sigue al hijo que recién llega, porque pareciera adivinar que solo ha venido a traer comida, no hay entre padre e hijo un saludo, una palabra, volver al camino será entonces la despedida. La imagen de Pedro comiendo desesperadamente nos recuerda la de un animal hambriento que agradece en silencio un pedazo de pan. La utilización de primerísimos planos connota el estado de tristeza y decrepitud de los ancianos, que aparecen en cámara sin ninguna pose, la cámara los sigue en sus rutinas, en sus esperas, en reforzar cuánto dolor y angustia es la cuota de una vida vivida para un final en que la esperanza es una utopía cada vez más lejana e inalcanzable.
Sombra de tu luz no intenta buscar respuestas, solo mostrarnos la realidad sin afeites, una realidad que no es solo la de los pobladores de la Sierra, esta se puede palpar en cualquier ciudad o región de nuestro país.
Es también una llamada de atención a un fenómeno lamentable y doloroso como lo es el abandono de los ancianos por parte de sus propios hijos. El olvido, la cruda situación que enfrentan en su entorno es el poderoso discurso del documental, las imágenes por si solas dicen lo que ellos mismos callan. La fotografía se apoya en planos que pudieran ser una radiografía del interior de los personajes, ya que buscan con el plano detalle o el primerísimo plano esas sensaciones y sentimientos que no se dicen, pero que sentimos a través del lente de Carlos Rodríguez Fontela, su director de fotografía, guionista y realizador.
La edición de Rosaida Rodríguez Salazar logra que sintamos que la historia transcurre en un tiempo real sin cortes algunos, la cercanía que propone el documental con los personajes nos hace partícipes de sus duras historias. Es difícil olvidar después de haberlo visto, y sobre todo esa necesaria reflexión que propone sobre el ocaso de vidas que son vividas en el más brutal desamparo y abandono por parte de sus familias.
Este es otro de los documentales de Televisión Serrana que pone el dedo en la llaga en conflictos álgidos de nuestra sociedad. Conflictos que nos hacen repensar una realidad insuficiente y sobre todo nos hace partícipes de una disfuncionalidad familiar que lastra el sentido humanista de una sociedad empeñada en la protección de sectores tan sensibles como la niñez y la vejez, pero que como nos muestra el documental, nos queda mucho por superar y aprender, aprender de otras culturas milenarias donde el anciano es venerado como un ser sabio, dotado de esa necesaria experiencia que nos ayuda a ser mejores seres humanos, sobre todo cuando necesitamos crecer en armonía todos, sin la sombra que reclame de la luz su brillo, porque ya hubo un tiempo en que ella misma fue luz.