¿Cómo salieron e ingresaron de nuevo? Una pregunta que solo podrían contestar las autoridades del Retén de la ciudad petrolera de Cabimas, ubicada en el estado Zulia, al occidente de Venezuela, donde un grupo de privados de libertad protestaron en las calles para exigir alimentos, agua y atención médica. Posteriormente, tras culminar la manifestación regresaron a su sitio de reclusión.
A pesar de ser privados de libertad, las autoridades no evitaron la salida masiva. Precisaron que no estaban protagonizando una fuga, sino por el contrario, pidiendo que los atendieran, ya que aseguran estar muriendo de hambre y sed.
Los reos denunciaron "el irrespeto a su dignidad y la violación de sus derechos humanos". Señalaron que las autoridades militares prohibieron el ingreso de insumos al centro de retención, llevándolos a tomar la iniciativa de salir a protestar.
El gobernador del Zulia, Omar Prieto, aseveró que junto al ministro de Interior Justicia y Paz, Néstor Reverol, continúa con las gestiones para el cierre del retén de Cabimas.
“Estoy preparando el cierre definitivo del retén de Cabimas y se hará en completa paz. Ya basta de tantos abusos y que los reclusos se quieran adueñar de ese espacio. Cabimas tiene su gobierno y vamos a cumplir al pueblo”, señaló.
El 26 de febrero del presente año, Prieto anunció el cierre definitivo del retén de Cabimas. Entre las primeras medidas se contempló el traslado de unos 400 penados a otras cárceles del país. "Estos detenidos tienen que pasar a espacios a nivel nacional, ya que tienen su condena", aclaró la autoridad regional.
"La Fuerza Armada Nacional ha elaborado un plan especial, para tratar de impedir la acción de quienes están dentro del retén y que perjudican al ciudadano común, que atentan contra la vida de quienes están batallando por garantizar la paz en el pueblo", expresó en su momento.
El funcionario adelantó que después de concluir el cierre, analizarían la construcción de un espacio para albergar antisociales que cometan delitos menores: "El Zulia tiene que tener un lugar donde se pueda detener preventivamente a quienes cometen delitos de baja peligrosidad", aseguró.
En Venezuela el Estado no garantiza la alimentación de los privados de libertad, en su lugar, los familiares son responsables de las comidas y medicinas. Desde marzo las visitas fueron suspendidas por la pandemia y la situación de los presos está empeorando. En las cárceles hay tuberculosis y otras enfermedades que se propagan rápidamente por las condiciones de reclusión, según denunció el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).