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Hoteles vacíos: el negocio “quebrado” del régimen que no para de crecer

“Con una bajísima tasa de ocupación de 15,6% en 2022, la actividad hotelera en la isla fue un ꞌnegocioꞌ quebrado”, afirmó el economista Pedro Monreal

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Autos pasan junto a hoteles en construcción y otros ya abiertos.
EFE/ Ernesto Mastrascusa | Autos pasan junto a hoteles en construcción y otros ya abiertos.

Actualizado: Thu, 03/16/2023 - 12:09

El turismo sigue estancado en Cuba mientras el régimen continúa invirtiendo en la construcción de hoteles. Pedro Monreal, Doctor en Economía, advirtió este martes en redes sociales que “la estadística oficial indica que, con una bajísima tasa de ocupación de 15,6% en 2022, la actividad hotelera en la isla fue un ꞌnegocioꞌ quebrado”.

A partir de un análisis de datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el experto cubano señaló que la baja tasa de ocupación hotelera en el país fue mucho menor que la de los destinos de playa en México (63,9% en mayo 2022) y República Dominicana, con tasas superiores a 70% en Punta Cana y Romana-Bayahibe durante el pasado año.

“El problema de la muy baja ocupación hotelera de 15,6% en Cuba no se limita a encontrarse en desventaja respecto a competidores cercanos, sino a que es inferior al nivel a partir del cual se obtienen ganancias (breakeven point), que en promedio se estima en 52% en el Caribe”, explicó Monreal, especialista del Programa de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco.

Solo el 15,6% de las habitaciones de hoteles estuvieron ocupadas en 2022 en Cuba, lo que se traduce en que, aproximadamente, seis de cada siete habitaciones permanecieron vacías durante los 12 meses del pasado año, según un informe de la ONEI.

Ante la baja tasa de ocupación hotelera, que según advierte Monreal “no es compatible con obtención de beneficios”, el economista cubano planteó dos interrogantes: “¿De dónde salieron los recursos para cubrir pérdidas hoteleras?” y “¿Cuál es la racionalidad de persistir en una inversión hotelera excesiva?”

El plan del régimen de La Habana de recibir en 2022, 2.5 millones de turistas fue un fracaso. La predicción de las autoridades cubanas se cumplió en un 64.57%, lo que representa unos 885.812 turistas menos de los planificados, reportó Diario de Cuba.

Los principales mercados emisores de turistas a Cuba fueron Canadá y EE. UU. (59.86% entre ambos países), así como Alemania, España, Inglaterra, Francia e Italia. Desde Canadá llegaron a la isla 532.487 turistas, un 47.55% con respecto al número de canadienses que visitó el país en 2019, un año antes de la pandemia de la COVID-19.

Nada apunta a una mejoría en 2023. El portal oficialista Cubadebate informó que entre enero y febrero de este año, llegaron a la isla 489.000 turistas, la mitad (51%) de la cifra registrada en el mismo periodo de 2019, un año prepandémico.

Además, los cinco primeros días de marzo, que representan el período de máximo arribo de turistas –según el citado medio– sólo llegaron al país 470 vuelos. La vía marítima tampoco es significativa, ya que llegaron en embarcaciones unos 12.180 visitantes (3.794 miembros de tripulación), debido a "las restricciones desde Estados Unidos", según el medio del régimen.

Las autoridades cubanas esperan que 3,5 millones de turistas lleguen al país en 2023, una cifra menor en comparación a los cuatro millones que se previeron en los años posteriores al deshielo entre los gobiernos de Obama y Raúl Castro. Sin embargo, parece inalcanzable a corto plazo la recuperación del llamado “motor de la economía cubana”.

No obstante, Gaesa, el consorcio de empresas militares cubanas que controla partes fundamentales de la economía nacional, incluida la industria turística, continúa priorizando las inversiones en construcción de hoteles, una actividad que no se detuvo ni durante la peor crisis desatada por el impacto de la COVID-19 en el país.

Mientras se prioriza el turismo en la capital y las principales zonas turísticas de la isla, se agrava el desabastecimiento de los productos de primera necesidad y la inflación es incontenible para la mayoría de las familias.

“Aunque la separación entre el ꞌdiscursoꞌ [oficial] sobre el turismo y su realidad es sostenible un tiempo, el efecto negativo que tiene sobre la estructura económica del país un patrón de inversión deformado (ꞌpro turismoꞌ) conduce a un callejón sin salida que parece estar siendo ignorado”, concluyó Monreal.