Esposa del preso político Yasmany González protesta junto a su hijo en malecón habanero

En un acto de valentía y amor, Ilsa Ramos, esposa del preso político Yasmany González Valdés, alzó su voz en protesta junto a su hijo en las emblemáticas calles del Malecón habanero.

Utilizando las redes sociales como plataforma, la mujer denunció las injustas estrategias del régimen cubano para silenciarla y encarcelar a su esposo por ejercer su derecho a la libre expresión.

Durante una transmisión en vivo, Ramos caminó por el icónico paseo marítimo acompañada de su hijo, quien padece autismo, llevando consigo un mensaje poderoso de resistencia.

En su recorrido, la esposa del activista mostró el preciso lugar donde González Valdés plasmó un cartel manifestando su oposición a la convocatoria de elecciones orquestada por el régimen castrista.

"Mi esposo está preso injustamente y no me voy a cansar de decirlo", afirmó Ramos con determinación, desafiando las intimidaciones del Estado cubano. Su objetivo era visibilizar la cruda realidad que enfrenta su familia debido a la encarcelación arbitraria de su esposo, un artista y defensor de los derechos humanos de 32 años.

González Valdés fue detenido en abril de 2022, luego de un violento registro en su hogar perpetrado por agentes de la temida Seguridad del Estado. Su "delito": pintar un cartel de protesta en una pared del céntrico municipio de Centro Habana, donde escribió: "Yo no voto en Dictadura. Los 75 viven". Con esta frase, el joven cubano abogó por la abstención en las elecciones que ratificaron a Miguel Díaz-Canel como líder del país y reivindicó la lucha del conocido Grupo de los 75, activistas encarcelados en la oleada represiva de 2003.

Ahora, González Valdés enfrenta una petición fiscal de seis años de privación de libertad por el supuesto delito de "propaganda enemiga", una figura legal utilizada por el régimen para acallar las voces disidentes.

En declaraciones a Diario de Cuba, Ilsa Ramos describió el reciente juicio contra su esposo como un verdadero "circo", denunciando la falta de garantías procesales y la violación sistemática de los derechos humanos en la isla.

La protesta pacífica de Ramos en las calles de La Habana representa un grito desesperado por justicia y libertad.