Como sardinas en latas se concentraron cientos de personas para asistir a la inauguración de la conocida cadena comercial “Havana” en la ciudad brasileña de Belén, lo que causó un desastre que obligó a postergar el evento.
Sin distanciamiento social, la mayoría sin tapabocas e irrespetando todas las normas de salud, los asistentes ignoraron las más de 150 mil víctimas mortales que ha dejado la pandemia y los contagios que se cifraron en más de 5 millones.
El hecho fue producto de la inauguración del centro comercial número 150 de Havan, una reconocida cadena que es propiedad del empresario Luciano Hang.
Como consecuencia de ese descontrol, la ciudad debió cancelar la tradicional procesión del Cirio de Nazaret, la fiesta religiosa más importante de esa región, programada para este domingo. Las imágenes rápidamente circularon por las redes sociales por la multitud que se observa ingresando precipitadamente al shopping para aprovechar las rebajas por la apertura.
La Secretaría de Salud Pública de Pará culpó al municipio de Belén de no controlar y fiscalizar el lugar y aseguró que enviaron una patrulla sanitaria tras la aglomeración. Además de amigo, Hang es un público defensor de las políticas de Bolsonaro, uno de los pocos políticos del mundo que minimizó los efectos del coronavirus, y que incluso fue uno de los contagiados.