La crisis política en Chile golpea la economía y vuelve a debilitar la moneda

El peso perdió 1,26% en la semana y se mantiene fluctuante, pese a la inyección de dólares del Banco Central.
Violencia y saqueos en Chile
 

Reproduce este artículo

La crisis política y social en Chile ha desbaratado en unas semanas la mítica estabilidad económica del país sudamericano, y diferentes datos económicos exponen una crítica situación. El peso chileno se sigue devaluando pese a la inyección de 20.000 millones de dólares que lanzó el gobierno, la producción está en descenso, el desempleo escala casi al 10% y más de cien mil PyMES van camino a la quiebra.

El peso chileno vivió este viernes una volátil jornada a pesar del anuncio del Banco Central de intervenir con fuerza para frenar su caída. Si bien comenzó la jornada con optimismo, cotizando 800 unidades por dólar, luego comenzó nuevamente a ceder terreno frente a la divisa estadounidense. Al final del día logró recuperar un 2,3% para cerrar en 809,46 por dólar. En la semana, el peso perdió 1,26% ante el billete verde, en un país castigado por más de un mes de protestas sociales.

Las autoridades intentan frenar la debacle invirtiendo US$ 20.000 millones en el mercado de forma escalonada desde el próximo lunes y hasta el 29 de mayo. El Banco Central justificó la medida indicando que “un grado excesivo de volatilidad del tipo de cambio dificulta la formación de precios, y las decisiones de gasto y producción de personas y empresas”, lo que genera “inquietud en los mercados”.

En medio de estos vaivenes, el ministro de Economía, Lucas Palacios, argumentó que “el dólar sigue con volatilidad porque los mercados siguen muy especulativos respecto a la situación económica de nuestro país”, y atribuyó el alza a la “sobre-reacción” de los operadores.

El economista Francisco Castañeda, de la Universidad de Santiago, tiene otra visión. Sostiene que si bien influyó en la cotización del peso la baja en el precio del cobre, en medio de la extendida guerra comercial entre Estados Unidos y China, -el principal comprador del metal rojo-, “el 90% de la caída tiene su explicación en la crisis”. “No hay evidencia de fugas de capitales, pero hay especulación y la incertidumbre lleva a la gente a comprar dólares”, agregó.

La revuelta social, que no da tregua, se ha convertido en un bumerang. La desocupación, que hasta ahora se mantenía en el 7%, está subiendo en forma nociva. Las autoridades del Ministerio de Hacienda calculan que en los próximos meses ascenderá a 10%, una cifra bastante incómoda para un país que se vanagloriaba de su desempeño laboral y de la estabilidad empresarial. La última vez que estuvo en esos niveles fue en el 2004.

Chile es un país con un alto nivel turístico, pero la secuencia de actos violentos provocó la suspensión de numerosos paquetes ya acordados. Según revela el diario La Tercera, la industria del Turismo proyecta “unos 37.000 ceses” laborales y “938 millones de dólares en pérdidas”, debido a que el 50% de los alojamientos acordados fueron cancelados.


 

A esto se suma otro serio problema. Los saqueos y destrucción de locales afectaron seriamente a los comercios, bares, restaurantes y servicios. Ignacio Briones, ministro de Hacienda, consideró que podría haber hasta 300.000 desempleos adicionales en este rubro.

Las pequeñas y medianas empresas también sintieron el golpe. Casi 7.000 PyMES reportaron robos, saqueos o incendios. En este sector se teme que cierren unas 100.000 firmas, con el consiguiente efecto sobre el mercado laboral.

El gobierno de Sebastián Piñera “ha sido incapaz de restablecer el orden público y no ha dado las condiciones necesarias para que los servicios y el comercio se recuperen y eso influye en los mercados”, destacó Castañeda.

Ayer, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reveló que la producción manufacturera interanual se desplomó un 5,8%, mientras que la minería disminuyó un 1,7% en octubre, en el mes que se iniciaron las protestas.

La caída de la producción manufacturera a doce meses se explica, de acuerdo al INE, por la disminución de la elaboración de productos alimenticios y de bebidas, “debido a una menor producción de vino de uvas frescas envasado, a causa de paralizaciones temporales en algunas plantas del rubro por la contingencia”, un eufemismo referido a las protestas.

La producción minera, en tanto, descendió 1,7% respecto al mismo mes del año pasado, por una menor extracción de hierro y una leve expansión de la minería del cobre, del que Chile es el principal productor mundial.

Los analistas coinciden en que las protestas sociales, que estallaron el 18 de octubre y dejaron hasta el momento 23 muertos y miles de heridos a causa de la represión, están teniendo su correlato en la economía, sobre todo en el comercio y el turismo. Las autoridades estiman que la actividad económica de octubre podría caer hasta 0,5%.