La muerte de un adolescente perteneciente a una tribu remota del Amazonas que dio positivo al nuevo coronavirus ha encendido las alarmas sobre la situación en la que se encuentran las comunidades indígenas de Brasil.
Este caso no es el único del que se ha tenido noticia en ese país, en medio de la selva y los activistas han pedido tanto al gobierno de Jair Bolsonaro como al resto de autoridades que tomen medidas para la protección de esta población vulnerable.
El fallecimiento del joven de 15 años ha sido el detonante que ha provocado que el número creciente de contagios salte a medios internacionales como la CNN y National Geographic.
Los Yanomami habitan en las selvas tropicales y montañas del norte de Brasil y del sur de Venezuela. Su localización y su estilo de vida aislado del resto del mundo hacen que muchos se pregunten cómo es posible que se contagien si naturalmente están aislados.
La explicación más creíble es que este se diese por los buscadores ilegales de oro que siguen acudiendo a la zona haciendo caso omiso a las advertencias y sin ningún tipo de medida de protección.
Son muchas las incógnitas que rodean la muerte de este adolescente porque las causas no han sido hechas públicas. Incluso las autoridades no han podido determinar cómo se contagió exactamente ni si él, a su vez, contagió a más personas de su entorno. Los primeros síntomas aparecieron hace tres semanas.
“Hoy, sin duda, el vector principal para la propagación de COVID-19 dentro del territorio indígena yanomami son los más de 20 mil mineros ilegales que entran y salen del territorio sin ningún control”, aseguraron activistas en un comunicado.
Esta no es la única muerte de un indígena con coronavirus en Brasil. Hubo otra antes. La de una mujer borari de 87 años, según informa National Geographic, que añade que el número de contagios confirmados hasta la fecha en tribus de todo el país es de siete personas de tres estados amazónicos distintos.
