El Gobierno de China dejó entrever que el Ejército de Estados Unidos pudo haber llevado el nuevo coronavirus a la ciudad de Wuhan, donde surgió el brote epidémico que con el paso de los meses se ha convertido en una pandemia global.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores de China, utilizó su cuenta de Twitter para citar al director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por su sigla en inglés), Robert Redfield.
En una audiencia del miércoles en el Congreso norteamericano, Redfield confesó que algunos estadounidenses fallecidos por influenza, en realidad pudieron haber perdido la vida por el coronavirus COVID-19, mucho antes de que apareciera en China.
“El director del CDC, Robert Redfield, admitió que algunos estadounidenses que aparentemente murieron por influenza pudieron dar positivo por el nuevo coronavirus en el diagnóstico póstumo”, escribió el funcionario chino en Twitter.
En su hilo, posteriormente publicó: “¿Cuándo comenzó el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas están infectadas? ¿Cómo se llaman los hospitales? Podría ser el Ejército de EEUU lo que llevó la epidemia a Wuhan. ¡Sé transparente! ¡Haz públicos tus datos! ¡Nos debe una explicación!”.
“Estados Unidos reportó 34 millones de casos de influenza y 20 000 muertes. ¿Cuántos están relacionados con COVID-19?”, cuestionó el vocero.
A principios de semana Zhao criticó que los medios de comunicación se refieran al SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca, COVID-19, como “virus chino”; un apelativo que también ha sido usado por autoridades de Estados Unidos.
“Ciertos medios llaman al COVID-19 ‘virus chino’, lo que es extremadamente irresponsable. Nos oponemos firmemente a ello”, dijo citado por la agencia Sputnik Nóvosti.
Zhao subrayó que todavía no se ha determinado la fuente original del SARS-CoV-2, pese a que por primera vez el virus fue detectado en China.
“La Organización Mundial de la Salud declaró en varias ocasiones que el COVID-19 es un fenómeno global, aún queda por identificar su fuente y de momento hay que priorizar cómo contener y contrarrestar este virus, es necesario evitar la estigmatización regional”, apuntó.
El Gobierno de Pekín se siente ofendido por los comentarios del presidente Trump y de los funcionarios estadounidenses que lo acusan de “lentitud” a la hora de reaccionar al virus, detectado por primera vez en Wuhan a fines del año pasado, y de no ser suficientemente transparente.
El miércoles, el asesor de seguridad nacional de EE UU, Robert O’Brien, dijo que la velocidad de la reacción de China ante la aparición del coronavirus probablemente le había costado al mundo dos meses cuando podría haberse estado preparando para el brote.