Familias de esclavas sexuales filipinas exigen perdón de Japón

En total el Imperio del Sol Naciente mantuvo más de 200.000 esclavas sexuales en Corea, China, Indonesia, Malasia y Filipinas para disfrute de sus huestes durante sus contiendas en el Pacífico.
Foto: EFE
 

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Familiares de las "mujeres confort" filipinas, esclavas sexuales de las tropas japonesas que dominaron Filipinas entre 1942 y 1945, exigieron hoy de nuevo un perdón por parte de Japón 74 años después del fin de la II Guerra Mundial.

"Honramos la memoria de las víctimas en los países asiáticos ocupados por Japón en la II Guerra Mundial, muchas de las cuales han fallecido sin lograr justicia", señaló la organización Lila Pilipina, que representa estas mujeres en Filipinas, en el Día Internacional de las Esclavas Sexuales de Japón.

Descendientes de 170 "mujeres confort" que los japoneses forzaron a trabajar en burdeles para el Ejército imperial nipón protestaron hoy frente al palacio presidencial de Malacañag, en Manila, para pedir al gobierno de Rodrigo Duterte que defienda la "memoria y el honor" de todas las víctimas de Japón durante la ocupación.

"Nos entristece que 74 años después del final de la guerra, Japón aún se niegue a expiar sus atrocidades en ese conflicto. Se ha embarcado en una campaña descarada para borrar la memoria del mundo al silenciar todos los esfuerzos para conmemorar a las víctimas", apuntó la directora de Lila Pilipina, Sharon Cabusao-Silva.

Lamentaron los esfuerzos del gobierno nipón de bloquear en varios países la construcción de esculturas en memoria de las "mujeres confort", como sucedió en Manila, donde el pasado abril se retiró una ante la presión de Japón, que amenazó con cortar la ayuda económica a Filipinas.

A la protesta también acudió Estelita Dy, de 89 años, una de las seis "lolas" -abuela en tagalo, como se les apodó cariñosamente a esas mujeres- que quedan vivas del millar de filipinas que se estima que fueron encerradas en las "estaciones de confort" en el país.

En total el Imperio del Sol Naciente mantuvo más de 200.000 esclavas sexuales en Corea, China, Indonesia, Malasia y Filipinas para disfrute de sus huestes durante sus contiendas en el Pacífico.

Desde la organización también criticaron que la violencia sexual masiva contra las mujeres siga ocurriendo hoy en día en numerosos países, y sostuvieron que la violación es un "arma para subyugar a la mitad de la población y, a veces, un instrumento de genocidio o limpieza étnica por parte de poderes gobernantes". 
 

 

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