A Juan Guaidó le quedó la tarea pendiente del cese de la usurpación en Venezuela

Guaido fue reconocido por más de 50 países como presidente Encargado de Venezuela. En su período como jefe del Ejecutivo y Legislativo promovió sanciones, nombramientos internacionales, una ayuda humanitaria, y hasta un intento de golpe de Estado, pero no logró sacar a Nicolás Maduro del poder
Guaidó no logró capitalizar el descontento contra Maduro y no pudo sacarlo del poder
 

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“Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres” fue uno de los lemas más sonados y repetidos en Venezuela durante 2019. ¿Su creador? Juan Gerardo Guaidó, un ingeniero industrial que el año pasado fue elegido como presidente de la Asamblea Nacional, y dieciocho días después (23 de enero) fue juramentado por una multitud de ciudadanos en Caracas como presidente encargado.

El político recibió el reconocimiento de más de 50 países, incluyendo Estados Unidos, pero no logró sacar a Nicolás Maduro del poder.

En 2019 el foco de la Asamblea Nacional fue lograr la transición política. Luego de las elecciones del 20 de mayo de 2018, donde Nicolás Maduro se reeligió como presidente de Venezuela con el 68% de los votos y con una participación de 46%, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional Electoral, varios países, incluido Estados Unidos, dijeron que no reconocían el resultado de esas elecciones; la Unión Europea y otros países de América Latina habían hecho lo propio, para ellos los comicios se perfilaban como carentes de legitimidad.

 

 

Luego de la elección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional, una de las frases a destacar de su primer discurso fue: “Y en medio de este silencio hemos arrancado el 2019 con el reto inédito de comenzar el periodo constitucional sin un presidente. Hoy tenemos que afrontar la responsabilidad de conducir el destino de la nación y asumir la representación del Estado, siendo la Asamblea el único poder en pie producto de la elección popular reconocido nacional e internacionalmente”.

Luego dijo las palabras que darían paso a lo que sucedió en Venezuela en los días siguientes: “Nos enfrentamos a un problema inédito, puesto que se ha generado una ruptura del orden constitucional y la Presidencia de la República no se encuentra vacante, si no usurpada”.

Guaidó resaltó que Venezuela se encuentra en dictadura, que las decisiones que se tomaran en la Asamblea Nacional desde ese día debían tener el respaldo popular, político, militar, e internacional con el fin de que se lograra el cese de la usurpación y se pudieran realizar elecciones presidenciales libres.

 

 

Ese día propuso desconocer a Nicolás Maduro como presidente y declarar su usurpación del cargo, proclamar a la Asamblea como único poder legítimo electo por los venezolanos, crear un órgano de transición para lograr la restitución del orden constitucional, renovar y designar las jefaturas de los poderes asignados, promover la designación y reconocimiento de representantes ante organismos internacionales, autorizar la ayuda humanitaria y crear el fondo para la recuperación de activos provenientes de la corrupción.

El presidente de la Asamblea Nacional se valió en la interpretación del artículo 233 de la Constitución venezolana para hacer tal declaratoria, y luego desde una marcha multitudinaria que desarrolló el 23 de enero asumió como encargado de Presidencia de Venezuela.

El opositor pasó a tener funciones legislativas y ejecutivas, esas que le dieron la potestad de hacer distintos nombramientos: 36 representantes diplomáticos y Juntas Directivas Ad Hoc en filiales petroleras y petroquímicas venezolanas como Citgo y Pequiven.

 

 

También promovió más sanciones a instituciones manejadas por el gobierno de Maduro: Banco Central de Venezuela, Pdvsa y funcionarios de organismos militares, calificados de represores y de violadores de derechos humanos, como la Dirección de Contrainteligencia Militar.

En el período de Juan Guaidó como presidente del poder Legislativo y Ejecutivo se dio una de las medidas más contundentes que ha enfrentado Maduro: la congelación de todos los activos que tiene Venezuela en los Estados Unidos.

El 6 de agosto de 2019, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que asegura que "todos los bienes e intereses de propiedad del gobierno de Venezuela que se encuentran en EE.UU., o que se encuentran bajo el poder o control de cualquier persona de EE.UU. están bloqueados y no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados o tratados de ninguna otra manera".

A pesar de las sanciones, de las marchas, del intento de golpe de Estado del 30 de abril con la participación del líder opositor Leopoldo López, de los 51 muertos en protestas hasta el mes de abril -según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social-, de los presos políticos, de una inflación acumulada hasta noviembre de 2019 de 5.515%, de acuerdo con un balance de la Asamblea Nacional; de las fallas en el suministro de gasolina en casi todo el territorio nacional, de cuatro apagones nacionales y 80.700 fallas eléctricas, según datos del Comité de Afectados por los Apagones; Juan Guaidó no pudo sacar del Palacio de Miraflores a Nicolás Maduro y luego de su reelección en el cargo este 5 de enero de 2020 esa es su tarea pendiente.

 

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