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Marianne Bachmeier, la madre que disparó al violador de su hija en pleno juicio

Marianne tomó la decisión luego de que Klaus Grabowsk culpara a la pequeña Anna de intentar seducirlo y extorsionarlo

Actualizado: Mon, 12/12/2022 - 15:14

La historia de Marianne Bachmeier comenzó a ser conocida el 6 de marzo de 1981, cuando en plena sala de un tribunal alemán, disparó varias veces a un hombre de 35 años acusado de violar y asesinar a su hija Anna, de siete años.

Marianne tomó la decisión luego de que Klaus Grabowski culpara a la pequeña Anna de intentar seducirlo y extorsionarlo. Según el acusado, la menor lo sedujo y luego lo amenazó con contarle a su madre de tocarla de manera inapropiada si no le daba dinero.

Klaus mantuvo cautiva a Anna en su apartamento por horas, hasta finalmente estrangularla y quitarle la vida. Durante el juicio, el acusado confesó el asesinato, pero negó haber violado a la niña.

Marianne colapsó en un ataque de ira y planeó su venganza motivada por el dolor para el tercer día de juicio.

 

El día del asesinato

La mañana del 5 de mayo de 1980 en Lübeck, Marianne intentó que Anna fuera al colegio, pero la niña se negó rotundamente. La mujer, que estaba dispuesta a darle a su hija la niñez que ella nunca tuvo, la terminó dejando en un parque para que jugara con otros niños.

Al parecer, Anna planeaba ir a casa de su amiga a jugar, pero en el camino la terminó atrapando su vecino Klaus Grabowski, quien le dijo que le iba a permitir jugar con sus gatos si la pequeña Anna lo visitaba.

Cuando la niña llegó, Klaus la encerró. Según los reportes de la época, la violó en varias ocasiones y para no dejar rastro, la estranguló y planeó llevar su cuerpo a un río cercano.

Este no era el primer asesinato de Klaus. Ya había sino condenado por la violación y asesinato de 2 niñas en 1976, por lo que fue sometido a una castración química voluntaria. Esto disminuyó su condena y fue liberado antes de tiempo.

Dos años después, inició un tratamiento hormonal para revertir la castración y poder vivir con su novia, con quien montó una carnicería.

Klaus terminó contándole todo a su pareja, que lo denunció rápidamente. Para ese entonces, Marianne ya había colocado una denuncia por la desaparición de Anna.

 

Justicia por su propia mano

En la comisaría, Klaus confesó el asesinato, pero tuvo el descaro de decir que la niña lo sedujo, agregando que nunca la violó.

Marianne fue enterándose poco a poco de los detalles dolorosos contra su hija, y comenzó a gestar un plan para vengarse del hombre. El 6 de marzo de 1981, el tercer día del juicio, la mujer tomó una Beretta M1934 de fabricación italiana y la descargó contra Klaus ante el pánico generalizado del tribunal.

Marianne Bachmeier fue encarcelada y enjuiciada tras matar al asesino de su hija. Sus abogados hicieron lo posible para demostrar que la mujer actuó motivada por el dolor, pero la parte acusadora dijo que el plan se llevó a cabo durante un año, por lo que Marianne actuó con premeditación.

Fue sentenciada a 6 años de prisión, pero fue liberada bajo fianza a la mitad de su condena. Sus primeras declaraciones confirmaron lo ocurrido en 1981.

“Creo que es una gran diferencia si mato a una niña porque tengo miedo de tener que ir a prisión por el resto de mi vida. Y luego también está el ‘cómo’, es decir, que me paro detrás de la niña y la estrangulo, y lo cito directamente de la declaración de él: ‘Escucho que algo sale de su nariz, luego tiro más fuerte, entonces ya no puedo quitar la vista de su cuerpo"”, expresó Marianne.

La mujer murió en 1996, a los 46 años, por un cáncer de páncreas. Pidió ser enterrada al lado de Anna.

 

Su historia fue recreada para la película documental de 1983 “Der Fall Bachmeier: Keine Zeit für Tränen” (El Caso Bachmeier: No hay tiempo para lágrimas).

 


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