Cubano en Argentina: de profesor de salsa a exitoso empresario inmobiliario
Yendys Amengor Perovani llegó a la Argentina en 2009 y para abrirse paso dio clases de salsa, aunque realmente era profesor de computación
Actualizado: Tue, 12/20/2022 - 10:56
El cubano Yendys Amengor Perovani llegó a la Argentina en 2009 y, para abrirse paso en ese país, dio clases de salsa, aunque realmente era profesor de computación. Una década después se convirtió en un exitoso empresario del sector inmobiliario.
En conversación con el diario argentino Infobae, Amengor Perovani, de 38 años, explicó que no es “tan difícil” salir de la isla, que lo “más complicado” era reunir el dinero para el boleto de avión y afrontar los gastos en un país extranjero.
“La salsa me dio de comer, el 1, 2, 3 (los pasos para enseñar el baile) pagaba mis rentas. Durante tres años di clase de baile, hice shows por las noches, ojo, show de salsa”, señaló.
Amengor dijo que “el cubano irradia alegría, la motivación de estar feliz, buscar en lo negativo, lo positivo. Y eso creo haber transmitido en las animaciones. En una fiesta podían estar todos comiendo, sentados tranquilos hasta que llegaba el morocho, como dicen acá y empezaba todo el mundo a brincar, a bailar, a sentir alegría, a sacarse la corbata”.
El cubano agradeció a la Argentina lo que vivió entonces y todo lo que vino después, pues, gracias a los amigos que conoció enseñando salsa, tuvo la posibilidad de convertirse en el empresario que es hoy.
“Toda la gente que estuvo en mi camino aportó algo de mi crecimiento y hicieron que me sienta como en casa, ya que estaba lejos de mi madre y de mi hermano. De hecho, estoy en el mundo de bienes raíces, gracias a un argentino, Raúl D’Aquila”, contó.
Yendys, oriundo de Cárdenas, era profesor de computación en Cuba y trabajó en el Ministerio de Informática de la isla. En la Argentina se atrevió con las clases de salsa hasta que un alumno le ofreció trabajo en su empresa inmobiliaria. Ahí su vida cambió para siempre.
“Es un país que da muchas oportunidades. Estoy cansado de escuchar a todo el mundo decir no hay esto, no hay del otro, no hay laburo. No, todo está ahí, todo está lo que tú quieras. Es muy fácil decir que me den sin hacer nada”, declaró.
El cubano agregó que su principal orgullo era haberse puesto una meta ambiciosa y, con el tiempo, decir: “Lo logré”.