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Hermanas Garrido: “antes de exigir nuestra libertad, exijan y peleen por la de Cuba”

Las hermanas Garrido, presas políticas por manifestarse en julio de 2021 contra el régimen comunista, enviaron un mensaje a los cubanos

Actualizado: February 24, 2023 5:19pm

En una declaración enviada desde la cárcel, las hermanas Garrido, presas políticas por manifestarse en julio de 2021 contra el régimen comunista de La Habana, pide a a los cubanos que “antes de exigir nuestra libertad, exijan y peleen por la de Cuba”.

María Cristina y Angélica Garrido fueron arrestadas el 12 de julio de 2021 y acusadas de liderar las protestas populares que ocurrieron en Quivicán, provincia Mayabeque, en el contexto de las manifestaciones antigubernamentales de julio de 2021 (11J).

Las hermanas, madres de varios niños, fueron declaradas culpables por los supuestos delitos de “atentado”, “desorden público” y “desobediencia”. El régimen las condenó a 3 años (Angélica) y 7 años (María Cristina) de privación de libertad.

En una declaración enviada a ADN Cuba y dirigida a “familiares de los presos y no familiares, hermanos todos”, las Garrido explican que están “profundamente conmovidas por las muestras de cariño, por toda la solidaridad y por la dura lucha que han dado y están dando por la liberación de todos los presos políticos”.

Sin embargo, “las hermanas Garrido, pedimos, si es que tenemos derecho a pedir algo, que: antes de exigir nuestra libertad, primeramente, exijan y peleen por la Libertad de la PATRIA. Esto queremos: que aparezca primero la Patria y después nosotras. Es más, con pedir la libertad de Cuba es suficiente, con eso basta”.

Las prisioneras recuerdan que ellas marcharon el 11J “por Cuba; por ella, estamos presas; por ella, fuimos torturadas como animales y por animales, sin misericordia y descuido; por ella, hemos sido y somos torturadas con sabiduría, con refinada técnica; por ella, estamos dispuestas a morir”.

Ambas insisten en que “no malinterpreten nuestra posición; a nadie queremos herir, no queremos tampoco que nos juzguen de ingratas. Hermanos, no es orgullo, no es división, no es sobresalir como una luz fría y artificial, ni aparecernos ahora como las campeonas de la Libertad; no somos la tecla discordante, ni las extremistas, ni la oveja negra dentro del corral; somos, sus hermanas, somos cubanas comunes y corrientes (…)”.

No obstante, las hermanas sostienen que su posición actual es “ser consecuentes: Primero, por respeto a nuestros ideales, ideales por los cuales están presos todos los del 11 de Julio. Ese día, nadie gritó: ¡Libertad! para sí mismo, sino que el grito era para todos y en nombre de todos”.

“¿Esperaremos, ahora que estamos presas por la libertad de todos, que se cambie el libreto?”, se preguntan las Garrido. “¡No estamos arrepentidas, estamos orgullosas!”, manifestaron.

 

ADN Cuba reproduce íntegra la declaración de María Cristina y Angélica Garrido:

Familiares de los presos y no familiares, hermanos todos:

Estamos profundamente conmovidas por las muestras de cariño, por toda la solidaridad y por la dura lucha que han dado y están dando por la liberación de todos los presos políticos; de todos, pues, aunque existen unos más visibles que otros, y esto debido a circunstancias particulares de los familiares, no de los presos, sabemos muy bien que todos somos iguales; ninguno es más grande que otro.

¡Hermanos, la lucha de ustedes jamás la tendremos en poco! Es una batalla justa, digna, desinteresada y pura. Les ruego pues, por la misericordia de Dios, que no malinterpreten lo siguiente:

Las hermanas Garrido, pedimos, si es que tenemos derecho a pedir algo, que: antes de exigir nuestra libertad, primeramente, exijan y peleen por la Libertad de la PATRIA. Esto queremos: que aparezca primero la Patria y después nosotras. Es más, con pedir la libertad de Cuba es suficiente, con eso basta. Luis Rodríguez lo sabe; a él le pedimos que hiciera eso. Juzgarán ustedes si lo ha hecho o no (independientemente del profundo dolor que hay de por medio).

Hermanos, no juzgamos a nadie, a nadie señalamos. Todo es confuso, hay mucho dolor de por medio, estamos creciendo. Pero, nosotras, marchamos por Cuba; por ella, estamos presas; por ella, fuimos torturadas como animales y por animales, sin misericordia y descuido; por ella, hemos sido y somos torturadas con sabiduría, con refinada técnica; por ella, estamos dispuestas a morir.

Les rogamos, insistimos, por la misericordia del Padre, que no malinterpreten nuestra posición; a nadie queremos herir, no queremos tampoco que nos juzguen de ingratas. Hermanos, no es orgullo, no es división, no es sobresalir como una luz fría y artificial, ni aparecernos ahora como las campeonas de la Libertad; no somos la tecla discordante, ni las extremistas, ni la oveja negra dentro del corral; somos, sus hermanas, somos cubanas común y corriente; ayer, éramos una persona, hoy somos otra ¿mañana? Dios sabrá; ojalá seamos más maduras, más consecuentes.

No lo duden, no buscamos la estúpida fama de un minuto ¡Ni un millón de likes en Facebook y otras redes valen una sola lágrima de nuestros hijos! ¿Acaso, tendremos en poco la muerte por tristeza de nuestros padres? Es, sencillamente, ser consecuentes: Primero, por respeto a nuestros ideales, ideales por los cuales están presos todos los del 11 de Julio. Ese día, nadie gritó: ¡Libertad! para sí mismo, sino que el grito era para todos y en nombre de todos. ¿Esperaremos, ahora que estamos presas por la libertad de todos, que se cambie el libreto? ¡No estamos arrepentidas, estamos orgullosas!

Hermanos, el pueblo cubano estalló por su necesidad de ser libres. Nosotras, les preguntamos ¿Alguien marchó por las hermanas Garrido? ¿Marchará el pueblo cubano por las hermanas Garrido? ¡Claro que no! Vendrá otro estallido, eso es seguro; como es seguro que lo harán y esta vez de manera definitiva. Ahora ¿Por qué ocurrirá? ¿Por los presos? ¡No lo creemos! Al menos, según la circunstancia actuales, no será por nosotros, los presos de ahora (ni siquiera, en el asesinato de bahía honda, aquel pueblo marchó). Pero, cuando existan personas valientes que se organizan, que dan la cara, que corren riesgo, que esgrimen la CAUSA de todos (no la de alguien en particular), entonces, si puede ocurrir el milagro. Lo más importante es, la causa por la que estamos presos, no los presos mismos.

Hablar de nosotros, de todos los presos, es bonito, desgarrador, impacta, atrae mucha simpatía, arranca lágrimas; porque es algo muy cruel, muy injusto (hablamos, de un dolor muy agudo, de un dolor sin nombre); pero, de algún modo, enfocados solamente en esto, resulta en estrella fugaz; no será la estocada mortal.

Segundo, tenemos esta posición por respeto a los que luchan por tan ansiada Libertad y no tienen familiar preso; principalmente, los que están dentro de la isla y que aún, por puro milagro o conveniencia política de la Tiranía, no están presos. Nos preguntamos: ¿Somos superiores a ellos, porque tenemos una mayor carga de sufrimiento? Eso está correcto para películas y novelas románticas, pero ¡todo el que sale a la batalla tiene igual dignidad! ¿O es que acaso, la dignidad de los guerreros la dicta la ruta de una bala? ¡Todo el que sale al campo de batalla es digno! Y consideramos que no es consecuente ponerse a batallar y lanzar consignas por el hermano herido, teniendo al enemigo cruel al frente, al enemigo que lo quiso y nos quiere matar.

Tercero, por los presos y los familiares de los presos que vendrán. Es un hecho, hoy, muchos lloran por sus presos; mañana, otros familiares lo harán. Porque, que nadie lo dude, ¡ya Cuba no dejará de tener sus presos a raudales, ya los cubanos jamás dejarán de pelear! Ya Dios dictó sentencia sobre este sistema y este gobierno satánicos, padre de las mentiras y asesinos.

De esto se trata esta proclama: de concientizar, de unirnos en la misma y más grande causa. La causa que, de triunfar, arrancará para siempre el luto del hogar. Sí con esto, alguien se avergüenza ¡qué bueno! ¡maravilloso! significa que aún hay cubanos con vergüenza, cubanos que maduran, cubanos que crecen, cubanos que aprenden, cubanos de “con todos y para el bien de todos”.

Estamos convencidas, que quienes nos defienden, volverán a defender a los presos que vendrán; y después, a los que vendrán; y así sucesivamente. Nosotras, estamos convencidas que sí lo harán. Pero, ¿qué acabaría con ese rosario interminable de dolor, formado por grupos y grupos de presos años tras años? Todos lo sabemos: ¡La Libertad! ¿Qué es mejor, la presencia rápida y profesional de un ejército de la Cruz Roja ante un desastre, o evitar el desastre?

Es cierto que Cuba está de luto ¡Cuba está de luto, sí! Y no solo por sus presos políticos, pues la isla entera así lo está. Nosotros solamente estamos un poco más presos que el resto del pueblo, sólo eso, un poco más presos, nada más. Hoy, vemos a diario: niños que mueren por inadecuada o inexistente asistencia médica, ancianos que mueren igual, derrumbes que matan donde quiera, hay un hambre atroz, desesperanza, violencia y tanta pérdida de la identidad, que el cubano contempla el destierro como triunfo, como el paraíso, como la meta a ganar. ¡Hermanos, créanme, hay cosas peores que la cárcel! ¡Cuba, ya no es Cuba! Si acaso, Cuba es como nosotras: ¡otra presa, otra torturada más!

Hermanos, nuestro país, nuestra tierra, nuestra Patria, Cuba, no está de luto solamente por las hermanas Garrido, ni por los nobles Jorge y Nadir, ni por Walnier, que según nos han contado, tiene un padre semejante a Maceo; no está de luto solamente por el exquisito niño de la gran Ailex Marcano, ni por el gallardo Andy, que tiene una familia inclaudicable; no está de luto por Ktivo, quien, con su valor, pareciera que quiere avergonzarnos a todos.

¡Aquí tenemos las fotos de todos! Se las pedimos a Luis, nos las rompieron; las volvió a traer, nos la quitaron, ¡y las volvió a traer! Tenemos hojas impresas con las historias de muchos. Cuba no está de luto solamente por Lazara Karenia, a quien le quieren arrancar el alma, perdón, a su bebé recién nacido; no está de luto solamente por Pupo, quién tiene una esposa de ojos tristes y de acero su garganta; ni por los esposos de Delany y Sailycita (guerreras admirables); ni por Adriam, la pareja de la romántica Roxana; ni por nuestras gigantes hermanas de prisión: Lisandra Góngora, Mariuska, Aymara Nieto, la Noguera, ni por Jany, de San Antonio de los Baños, tierra que parió el 11J. ¡Cuántos nos faltan! ¡Nos faltan muchos! ¿Para qué pusimos nombres? ¡A nadie queremos herir! Cuba no está de luto solamente por los niños de Migdalia, de la Farrat, de Yudinela, de Lisset, de Milexis ¡Nos faltan muchos! Los hijos de Niurka, de la Taboada; ni por la sublime Sissi Abascal, ni las jóvenes gemelas de Placeta, ni por Sayli Navarro y su valor más grande que ella. ¡Dios mío, faltan muchos! ¡De aquí mismo, de esta prisión nos faltan mencionar! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡No queremos herir a nadie, el orgullo es vano! Los que mencioné no son nada; ¡no somos nada si nos falta tú! Basta de sensiblería, de emociones que no vienen al caso. Cuba está de luto por el remolcador 13 de Marzo, por la masacre en río Canímar, por Zapata, por los fusilados, por los plantados, por la Primavera negra, por los que no tienen que comer, por los niños sin leche ni esperanza, por los jóvenes a quienes les han impuesto el vacío; Cuba está de luto por las pocilgas, perdón, por los hospitales; está de luto por los vientres gordos de los que representan al pueblo y las panaderías sin pan, las carnicerías sin carnes; ¡está de luto porque un paquete de detergente cuesta el salario mensual de un jubilado!

Por tercera vez, repetimos: no nos juzguen mal, no nos juzguen con crueldad; se los rogamos, por el Señor. Siempre habrá quienes lo hagan. Martí lo sabía; Martí, se lo dijo a Gómez cuando le propuso partir a la guerra: sólo cuente usted, con la ingratitud de los cubanos. ¡Nosotras contamos con la dignidad de los cubanos, con tu dignidad!

Aprenderemos a amar a Cuba, a nuestra Patria, a su libertad. Los presos políticos, los luchadores por la Libertad, los patriotas todos, no tenemos un trabajo a plazos, o por ajuste; no peleamos por un tiempo, no nos sacrificamos por un tiempo, y después, a disfrutar. ¡NO! Ser valiente es pasar por encima de cualquier interés propio y cargar con el peso de los demás. No somos frías, insensibles, ni tomamos a la ligera el desgarre, la tortura psicológica, ni lo difícil de cada caso en particular; sólo queremos ayudarlos a afinar bien la puntería, para que la descarga de toda esa valentía sea mortal. Queremos que esa valentía apunte contra aquello y aquellos que reprimen, azotan y encarcelan a toda nuestra gente; así ha sido a través de la Historia, los más valientes, los imprescindibles de verdad, son los que luchan por su pueblo, hasta que la muerte los encierre en su capullo, o hasta que ESTALLE LA LIBERTAD.

 

¡CUBA ESTÁ DE LUTO, POR TODOS LOS CUBANOS!

Que Dios los bendiga.

 

Firma: María Cristina Garrido Rodríguez y Angélica Garrido Rodríguez; esclavas de la Libertad de Cuba; miembros del Partido Republicano de Cuba.