EEUU: “Hay mucha hambre en Cuba", 10 años después del restablecimiento de relaciones
“No se pueden tratar los síntomas, como los apagones, sin abordar la verdadera enfermedad: la falta de democracia en Cuba”, dijo Brian Nichols subsecretario de Estado de EE. UU. para el Hemisferio Occidental
Actualizado: December 16, 2024 10:11pm
A una década del histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el subsecretario de Estado de EE. UU. para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, ha señalado que el régimen cubano desaprovechó una oportunidad única para implementar reformas democráticas significativas. En sus declaraciones a Martí Noticias, Nichols destacó que, a pesar de las expectativas generadas por el acercamiento iniciado en 2014 bajo la administración de Barack Obama, los cambios que la comunidad internacional esperaba nunca se materializaron, marcando un claro retroceso para la isla.
El 17 de diciembre de 2014, el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, y el líder cubano Raúl Castro sorprendieron al mundo al anunciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas, un paso histórico que apuntaba a una posible mejora en las condiciones de vida de los ciudadanos cubanos y a la atención de desafíos críticos como la falta de democracia en la isla. Sin embargo, a pesar de las señales de optimismo inicial, el régimen de La Habana no implementó las reformas esperadas, lo que ha generado frustración tanto dentro como fuera de la isla.
“La restauración de relaciones diplomáticas bajo la administración Obama fue un paso importante para tratar de mejorar la vida de los ciudadanos cubanos y atender retos como la falta de democracia en la isla. Sin embargo, las reformas que hubiéramos querido ver en Cuba no ocurrieron”, expresó Nichols.
El restablecimiento de relaciones diplomáticas no solo incluyó la reanudación de vínculos oficiales, sino también la liberación de varios prisioneros, entre ellos tres espías cubanos encarcelados en EE. UU. y Alan Gross, un contratista estadounidense detenido en Cuba. Estos gestos, acompañados de la mediación del Vaticano y de Canadá, auguraban la posibilidad de una nueva era en las relaciones entre ambos países.
Pero el castrismo desperdidció dos años arovechándose de los beneficios económicos sin mover una sola ficha hacia la democratización. Gastaron todo su capital político apostándole a una victoria electoral de Hillary Clinton y al fin del embargo. Incluso, Bill Clinton y el dictador cubano se reunieron en privado durante una visita de Castro a la ONU en Nueva York en septiembre de 2015.
Durante el encuentro el viejo dictador saludó a Clinton con un "¿Cómo está?" en español, y Bill le respondió inglés: "Bien, mejor ahora que lo conozco". Allí ambos conversaron sobre que Hillary Clinton, entonces precandidata demócrata a la presidencia, respaldaba el fin del embargo considerándolo una "política fracasada".
Pero la componenda política de los demócratas con el castrismo se derrumbó con la llegada al poder de Donald Trump en 2017. Se destaparon los ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana, conocidos como "Síndrome de La Habana", ocultados por el gobierno de Obama. Y Trump aplicó medidas restrictivas en áreas como el comercio y los viajes.
Sin embargo, el retroceso más significativo llegó en 2021, cuando el régimen cubano respondió con una brutal represión a las masivas protestas de miles de cubanos que salieron a las calles para exigir libertad y democracia.
Las protestas del 11 de julio de 2021, en las que participaron ciudadanos de todo el país, marcaron un punto de no retorno. Miles de cubanos se unieron para pedir el fin de la escasez de alimentos, la falta de libertades fundamentales y la crisis económica que afecta a la isla. La respuesta del gobierno cubano fue violenta: más de 1.000 personas fueron arrestadas, muchas de ellas aún se encuentran tras las rejas, enfrentando largas condenas por ejercer su derecho a la protesta pacífica. Entre los detenidos se encuentran jóvenes y activistas que simplemente exigían lo que consideran derechos básicos: la libertad de expresión, el fin de la represión y la mejora de sus condiciones de vida.
Según Nichols, 2021 fue "una oportunidad perdida por parte del régimen cubano", un momento crucial en el que, de haberse producido una apertura política, Cuba podría haber dado pasos importantes hacia la democratización. Sin embargo, en lugar de un giro hacia la democracia, el régimen prefirió intensificar su control sobre la sociedad, bloqueando cualquier intento de cambio real.
“Hay hambre, tal vez no una hambruna, pero sí mucha hambre en Cuba. La actividad económica del sector privado apoya el bienestar de la gente común, y hemos intentado respaldarlo con cambios en las regulaciones económicas”, señaló.
Desde mayo de 2024, la administración Biden implementó medidas para fortalecer a los emprendedores privados en la isla, permitiendo que los cubanos pudieran abrir cuentas bancarias en Estados Unidos, realizar transacciones internacionales, y acceder a servicios en la nube para mejorar su conectividad. Sin embargo, el régimen cubano ha dificultado el crecimiento de este sector al imponer nuevas restricciones, limitar el comercio mayorista y aumentar los impuestos, lo que ha frenado el potencial de los emprendedores locales.
A pesar de las medidas de apoyo económico, los obstáculos impuestos por el gobierno cubano han hecho que el desarrollo del sector privado sea una tarea complicada. La falta de libertad económica, junto con un entorno legal y regulatorio restrictivo, ha impedido que los emprendedores puedan operar con plena libertad, lo que afecta directamente el bienestar de la población.
Para el subsecretario de Estado Brian Nichols, la solución a la crisis cubana no radica en medidas parciales o en paliativos económicos. La clave está en la democracia y en un aumento de las libertades. Según Nichols, una mayor apertura política permitiría un crecimiento económico más inclusivo, el respeto por los derechos humanos y una mejora generalizada del bienestar de la población cubana.
Como concluye Nichols, “No se pueden tratar los síntomas, como los apagones, sin abordar la verdadera enfermedad: la falta de democracia en Cuba”.