Jóvenes regalan dulces por Navidad a niños en hospital de la Isla de la Juventud

Los integrantes del proyecto Dale Play, un servicio de fiestas y entretenimiento cubano, visitaron esta Navidad a los niños que permanecen ingresados en el Hospital General Docente "Héroes del Baire", en la Isla de la Juventud.

Con gorros y traje de Santa Claus llegaron hasta las salas infantiles con "chucherías" y comida para alegrar a los pequeños que padecen alguna enfermedad y tendrán que pasar estos días en el centro médico. También para ofrecer aliento a sus familias.

"Compartiendo alegrías en Navidad. La sonrisa de estos niños nos mejora la vida", escribieron junto al video en el que se les ve repartiendo caramelos, refrescos y otros alimentos a los pacientes médicos y sus acompañantes. 

El equipo de Dale Play también visitó un hogar de niños sin amparo familiar en Nueva Gerona. 

 

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Esta iniciativa, como muchas otras que tienen lugar durante estos días en el resto del país, tratan de contrarrestar la terrible crisis que atraviesa Cuba y que también se ve evidenciada en el sistema de salud cubano, en uno de sus momentos más críticos.

En 2023, más de 13 000 médicos abandonaron el sistema de salud pública de la isla, según cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Ese éxodo masivo de profesionales, junto con una marcada escasez de insumos y medicamentos, está deteriorando aún más un sector ya profundamente golpeado.

La disminución del personal médico y sanitario ha tenido un impacto directo en la calidad de los servicios de salud en Cuba. Según las estadísticas oficiales, la proporción de habitantes por médico aumentó, de 113 en 2022, a 127 en 2023, lo que impone mayor presión sobre los profesionales que permanecen activos.

A pesar de esta crisis interna, el gobierno cubano continúa enviando médicos y profesionales de la salud a otros países como parte de sus misiones internacionales. Estas exportaciones, que han sido una fuente importante de ingresos para el régimen, contrastan fuertemente con la situación crítica de los hospitales y clínicas dentro de la isla, donde las quejas por la deteriorada infraestructura, la mala alimentación, la falta de atención, medicamentos y equipos básicos son cada vez más frecuentes.

Además de visitar hospitales y centros de acogida, varias personas y organizaciones de la sociedad civil han organizado cenas de Navidad para personas vulnerables en provincias como La Habana, Santiago de Cuba y Ciego de Ávila.

En Cuba la celebración de las Navidades fue prohibida por el régimen a partir de 1969 y no se autorizó nuevamente hasta 1997, previo a la visita del Papa Juan Pablo II a la isla. Ahora, aunque no existe un decreto gubernamental que censure esta tradición, es difícil festejar por la escasez de alimentos que existe en el país y los voceros gubernamentales siguen mirando con ojeriza esta tradición y sus símbolos "extranjerizantes".

Esa semana Abel Prieto, actual presidente de Casa de las Américas y exministro de Cultura castrista, compartió una crítica en redes a Santa Claus.

En su cuenta de X publicó una foto de un balcón habanero donde estaban tendidas piezas del tradicional atuendo rojo de Santa Claus y escribió:

"Son días navideños. Me envían la foto de un balcón habanero, donde Santa Claus ha lavado y puesto a secar unas botas y varios gorros de su colección. Este personaje se ha venido instalando entre nosotros y en todo el planeta mientras se desdibujan símbolos y tradiciones auténticas."

Al respecto, los usuarios de la red le señalaron que el deterioro que se observa en la edificación de la foto, no resultó motivo de preocupación para él, cuando ese debería ser tema priorizado para ser atendido por el gobierno. 

También una preocupación del gobierno debería ser velar por la situación de sus hospitales, centros educativos y demás instancias que brindan atención a la ciudadanía cubana, y no esperar que las iniciativas privadas y de gestión personal fueran las que trataran de llevar "algo de felicidad" a las personas.