Celebran festival culinario organizado por Lis Cuesta en medio del hambre y la miseria que rodea al cubano

En el contexto de una compleja situación económica que ha dejado a miles de familias sin acceso a los alimentos básicos, el gobierno cubano ha dado inicio a la quinta edición del polémico Festival Culinario "Cuba Sabe", organizado por Lis Cuesta, esposa del dictador caribeño Miguel Díaz-Canel

El evento gastronómico se desarrolla, en un momento de escasez y carencias, en el exclusivo Hotel Iberostar Grand Packard de La Habana, ubicado en el corazón del barrio de Centro Habana, uno de los barrios más pobres y decadentes de la capital habanera. Esta vez, el foco del festival está puesto en la herencia española en la cocina cubana, y ha llamado la atención que en las fotos publicitarias, en esta ocasión, no ha aparecido Cuesta, quien ha sido fuertemente criticada por siempre estar presente en eventos que derrochan los lujos y abundacias que son privilegios absolutos de la casta que gobierna el empobrecido país comunista.

El embajador de España en la isla, Ángel Martín Peccis, asistió al evento y dijo, según la revista Excelencias Gourmet, que "Cuba ocupa un lugar especial en nuestros corazones. Creemos firmemente en la importancia de apostar por Cuba Sabe. Este evento tiene el potencial de convertirse en el principal referente gastronómico del Caribe".

También destacó la necesidad de fortalecer la relación entre identidad, cultura, turismo y gastronomía para posicionar a Cuba como un destino atractivo no solo por sus playas, sino también por su rica cultura gastronómica. Palabras que suenan huecas en un país donde si algo hizo desaparecer la dictadura comunista fue la cultura culinaria y las tradiciones de la cocina criolla.

Durante la inauguración, los cocineros de Cuba y España participaron en ponencias sobre diversas temáticas culinarias, como "El jamón Ibérico: colores, sabores y textura", presentado por Juanjo Escolano.

Desde el año anterior, a pesar de la crisis generada por la escasez y la inflación derivadas de las políticas económicas de la dictadura de Miguel Díaz-Canel, entre Lis Cuesta y el Ministerio de Turismo, se le ha dado un fuerte respaldo a varios eventos culinarios, incluyendo Cuba Sabe y el Festival Internacional Varadero Gourmet celebrado en septiembre pasado.

El argumento gubernamental es que se hacen con el fin de preservar la comida criolla, cuando la realidad es que buscan desarrollar una atracción más para los turistas.

Estos eventos de lujo a puertas cerradas, nada tienen que ver con el cubano de a pie. En las calles de Cuba persiste una crisis alimentaria que ha llevado a muchas familias a limitarse a una comida al día y a racionar alimentos básicos como la carne de cerdo, elemento esencial en la gastronomía cubana.

La dictadura de Díaz-Canel está obsesionada con mostrar al mundo una gastronomía cubana  que está completamente distanciada de la realidad cotidiana de los cubanos. Hablar de jamones ibéricos en Cuba es un reflejo de lo distanciada que está la elite en el poder de sus gobernados.