Termoeléctrica de Cienfuegos fuera del Sistema Eléctrico Nacional por varios meses

La compleja situación energética en Cuba continúa agravándose tras el anuncio de que las dos unidades de la Central Termoeléctrica (CTE) Carlos Manuel de Céspedes, ubicada en Cienfuegos, permanecerán fuera del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) durante varios meses más. Las unidades, responsables de generar un total de 316 megavatios (MW), están sometidas a un mantenimiento intensivo desde diciembre, lo que ha intensificado las interrupciones eléctricas en el país.

José Osvaldo González Rodríguez, director general de la CTE, explicó que el mantenimiento implica intervenciones complejas, especialmente en la turbina de la Unidad 3. Este proceso se encuentra en una etapa que se prolongará hasta abril, momento en que se espera que esta unidad vuelva a sincronizarse con el SEN y aporte sus 158 MW nominales.

“El objetivo es que la Unidad 3 pueda regular la frecuencia del SEN con la confiabilidad habitual”, señaló González Rodríguez.

En el caso de la Unidad 4, la reparación es aún más extensa debido a severos daños en su caldera. Problemas como el desalineamiento del sobrecalentador y recalentador han provocado fallas en las tuberías. Los trabajos incluyen la sustitución de intercambiadores y la rehabilitación de equipos auxiliares, un esfuerzo que, según los planes actuales, culminará en junio.

La salida prolongada de las unidades de la CTE Carlos Manuel de Céspedes ha exacerbado la fragilidad del SEN. Esta termoeléctrica ya había experimentado problemas críticos durante el apagón generalizado del 20 de octubre, y su desconexión desde diciembre ha dejado un vacío considerable en la generación eléctrica del país.

A esto se suma la inactividad de otras plantas importantes, como las unidades 2 y 3 de la CTE Santa Cruz y la unidad 5 de la CTE Renté. Con estas limitaciones, la capacidad de generación térmica se ha reducido en 214 MW, mientras la demanda nacional sigue superando la disponibilidad energética.

Para este viernes, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) prevé una disponibilidad de apenas 2.165 MW frente a una demanda máxima de 2.900 MW, lo que resultará en una afectación estimada de 805 MW durante el horario pico. Este déficit energético intensifica los ya habituales apagones que afectan tanto a los hogares como a sectores clave de la economía.

La falta de electricidad en el país no solo representa un golpe al bienestar de los ciudadanos, sino también un obstáculo para el funcionamiento de hospitales, escuelas y otras infraestructuras esenciales. Además, el prolongado mantenimiento de las unidades refuerza el sentimiento de frustración e incertidumbre entre la población, que enfrenta constantes interrupciones del suministro eléctrico sin una solución clara a la vista.

Aunque el régimen ha señalado que las reparaciones buscan garantizar una mayor estabilidad en el SEN, los plazos extendidos y la magnitud de las afectaciones evidencian la profunda crisis estructural que enfrenta el sistema energético cubano. Con las temperaturas aumentando en los próximos meses, la presión sobre la red eléctrica será aún mayor, y la desconexión de estas unidades subraya la urgente necesidad de una modernización integral del sistema energético de la isla.