"Esto es Patria y Vida hasta el final": preso político cubano se mantiene firme

El preso político del 11J Luis Armando Cruz Aguilera llamó el martes desde la cárcel del Combinado del Este en La Habana para denunciar el hostigamiento del que es víctima, pero declaró que se mantiene firme.

Según contó el activista Marcel Valdés, quien conversó vía telefónica con el joven manifestante, este es acosado por un guardia del penal que lo llama "Operación Dignidad" porque, "supuestamente", ellos (los presos políticos) habían perdido la dignidad, y ambos discutieron.

"Me cuenta también que está firme y que esto es Patria y Vida hasta el final, que nunca han podido ni podrán doblegarlo porque él no cometió ningún delito", añadió Valdés, y también explicó que en medio del intercambio con el prisionero político las autoridades del régimen cortaron la llamada.

"De repente se empieza a cortar la llamada hasta que evidentemente la tumbaron. Seguridad del Estado y familias de la cúpula castrista: los presos políticos no están solos y ustedes lo saben, somos miles en esta lucha y cada día somos más. Recuerden que si tocan a uno nos tocan a todos", concluyó.

También la madre del manifestante, María Celia Aguilera, denunció en un video en vivo de Facebook que el lunes Cruz Aguilera tenía la visita familiar y que cuando se dirigía al lugar un funcionario del penal lo llamó "Operación Dignidad", en vez de llamarlo por su nombre.

"Él le dijo: yo tengo mi nombre, yo no me llamo Operación Dignidad. Y tuvieron unas palabras, se lo lleva a la oficina y mi hijo le pregunta qué quiere decir eso y él le dice que habían perdido la dignidad", contó la madre cubana.

Por último, Aguilera denunció que desde el lunes su hijo no la llama por teléfono y que teme represalias en su contra.

"Su voz soy yo. Que a mi hijo no le pase nada. Aquí los únicos que no tienen dignidad son ustedes, comunistas. Patria y Vida, libertad para todos los presos políticos", finalizó el video.

Luis Armando Cruz Aguilera es un joven exmilitar de 22 años que participó en las protestas del 11 de julio y fue golpeado el día de su arresto como escarmiento por manifestarse públicamente.

En aquel momento el joven se desempeñaba como sargento instructor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y se sumó al estallido social de julio en Santa Amalia, un barrio de La Habana.

A inicios de 2022 fue condenado a 10 años de privación de libertad.