Oficialismo se disculpa por incluir a poeta fallecido en carta de apoyo al régimen

Las autoridades del Ministerio de Cultura cubano, a través de su representación en la provincia de Ciego de Ávila, ofrecieron disculpas por el “error” de incluir entre los supuestos firmantes de una carta pública de apoyo al régimen, al poeta y artista José Rolando Rivero, fallecido el 12 de septiembre.

El escritor Heriberto Machado, amigo personal de Rivero, aseguró en Facebook que “desde la Dirección Provincial de Cultura en Ciego de Ávila, se han comunicado conmigo para disculparse y asumir la total responsabilidad por el error que condujo a que el nombre de José Rolando Rivero apareciera al pie de la susodicha carta, tan llevada y tan traída, tan desabrida, tan funesta”.

“Agradezco la disculpa, y espero que dicha institución la haga extensiva a los familiares y amigos del Roly, de La Leyenda Urbana, del amigo entrañable que yo y muchos más hemos perdido”, agregó Machado, quien aseguró que el nombre de Rivero había sido “retirado de la lista”.

El “Mensaje de educadores, periodistas, escritores, artistas y científicos cubanos a sus colegas de otros países” fue publicado en medios de prensa estatales. La declaración, promovida por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y otras instituciones controladas por el gobierno, busca encubrir ante la opinión pública internacional la represión a las últimas protestas pacíficas en la isla, por lo que ha recibido numerosas críticas.

Otros artistas se han desmarcado de la declaración oficial y dieron la espalda a la convocatoria del gobierno. Entre ellos, el músico Roberto Carcassés, quien aseguró que ni él, ni su padre, el prestigioso showman Bobby Carcassés, “hemos firmado esa carta”.

Por otra parte, el profesor y ensayista Juan Antonio García Borrero se negó a firmar la carta pública de apoyo al régimen que le enviara la Uneac. El crítico de cine explicó en Facebook que el documento omite las motivaciones de las protestas ciudadanas, como “la acumulación sistemática de no respuestas a los problemas que se han estado planteando durante décadas”.

García Borrero señaló que “las autoridades y la Constitución dicen que hay derecho a protestar, pero en la práctica, eso no funciona. Y el peligro de que la violencia más irracional se desate en el momento menos pensado, está allí latente”.