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China hace un segundo envío de donativos para el deteriorado sistema eléctrico cubano

El régimen comunista chino continúa ayudando a al régimen castrista con un segundo envío de piezas y accesorios destinados a los grupos electrógenos

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China ayuda a Cuba
Captura de Pantalla | Envío de China

Creado: January 23, 2025 2:44am

Actualizado: January 23, 2025 3:11am

El régimen comunista chino a  hecho un segundo envío de piezas y accesorios destinados a los grupos electrógenos que sostienen el debilitado sistema eléctrico de la isla. Este cargamento, que arribó a La Habana el pasado lunes 20 de enero, forma parte de un acuerdo bilateral que incluye, además, el financiamiento para la instalación de parques fotovoltaicos en territorio cubano.

La llegada del donativo coincidió con una nueva crisis en la termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, considerada una de las principales plantas generadoras del país. Según Rubén Campos, director de la entidad, la planta tuvo que detener operaciones de manera imprevista debido a una fuga de aceite en un sistema tecnológico.

“Esta parada estaba programada para dentro de cuatro días, pero las condiciones nos obligaron a adelantarla”, explicó Campos, quien señaló que se están llevando a cabo reparaciones que incluyen cambios de válvulas y limpieza de calentadores de aire y condensadores.

Este incidente es solo un ejemplo del profundo deterioro que enfrentan las plantas termoeléctricas en Cuba, cuya obsolescencia tecnológica y falta de mantenimiento adecuado han generado apagones de más de 12 horas diarias en varias regiones del país.

Ante esta situación, el gobierno cubano ha intensificado su cooperación con China, país que se presenta como un salvavidas para un sistema eléctrico al borde del colapso. Además del envío de piezas para los generadores, los acuerdos entre ambos gobiernos incluyen el desarrollo de proyectos de energía renovable, específicamente parques fotovoltaicos, que se espera comiencen a materializarse en un plazo inferior a siete meses.

Las autoridades cubanas han calculado que la implementación de estos parques permitirá un ahorro anual de 18,000 toneladas de combustible, lo que equivale a aproximadamente siete millones de dólares. Sin embargo, estos cálculos optimistas contrastan con la incertidumbre que rodea la capacidad del gobierno cubano para concretar proyectos de esta envergadura.

Cuba enfrenta no solo una crisis energética, sino también una crisis estructural que pone en duda la viabilidad de su modelo económico. A pesar de los anuncios oficiales y las promesas de modernización, el país continúa dependiendo en gran medida de la asistencia externa, especialmente de aliados como China.

En este contexto, los esfuerzos por fomentar la transición hacia energías renovables, aunque necesarios, parecen insuficientes para abordar las causas profundas de la crisis. La dependencia del régimen de donativos y financiamiento extranjero pone en evidencia la fragilidad de un sistema que no logra satisfacer las necesidades básicas de su población.

Mientras las autoridades cubanas destacan los beneficios potenciales de sus acuerdos con China, los ciudadanos enfrentan diariamente las consecuencias de un sistema eléctrico en ruinas. Apagones prolongados, falta de mantenimiento y una gestión ineficaz se suman a una larga lista de calamidades que han convertido la vida cotidiana en un desafío constante.

Organismos internacionales y expertos en economía han señalado que la falta de reformas estructurales y la ineficiencia en la gestión pública son los principales obstáculos para el desarrollo de la isla. Sin embargo, el gobierno parece priorizar la narrativa de resistencia frente a la adversidad, mientras la realidad del pueblo cubano se deteriora cada vez más.

El apoyo de China, aunque significativo, no resolverá de manera inmediata los problemas energéticos de Cuba. La implementación de proyectos como los parques fotovoltaicos requerirá tiempo, recursos y una infraestructura que actualmente está lejos de ser ideal.


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