Las 49 tiendas en MLC de Camagüey cerrarán a partir de este 24 de agosto para evitar contagios, debido al repunte de casos de coronavirus durante la última semana, informó el gobierno local.
En una reunión del Grupo Temporal de Trabajo en la provincia —encargado de dirigir el esfuerzo contra la pandemia—, Daniel Iglesias, coordinador del programa de producción y distribución de alimentos, dijo que la medida es “temporal”, debido a “la alta concentración de personas en esas unidades comerciales”.
De igual modo, señaló que el cierre de las tiendas estará vigente hasta tanto no mejore la situación epidemiológica.
En los últimos siete días se reportaron allí 7783 casos de coronavirus, y la tasa de incidencia de la enfermedad crece en 1022.6% por cada 100 mil habitantes.
Sólo este miércoles Camagüey informó de 714 casos nuevos y 7 fallecidos, para un total de 9907 nuevos diagnósticos en todo el país —cifra récord— y 92 muertes, según el último parte del Ministerio de Salud Pública.
Carlos Morán Giraldo, subdirector de Salud Pública, explicó que en el mes de agosto hubo el mayor número de fallecidos, mientras en las terapias intensivas se encuentran ingresados 40 pacientes, de ellos, 13 críticos y 27 graves.
También se conoció que en la provincia se encuentran activos 2188 focos y 37 eventos de transmisión del virus; estos últimos concentran 2291 casos positivos.
Desde su aparición como recurso para paliar la crisis económica en el país, las tiendas en MLC concentran la mayoría de los alimentos y artículos de primera necesidad que se venden a la población.
Medios independientes recogen periódicamente las críticas de la población a estos establecimientos comerciales, a los que pueden acceder personas con altos ingresos o receptoras de remesas —fundamentalmente de EE. UU.
Además de la moneda y los precios prohibitivos, los cubanos deben enfrentar otro problema al llegar a una tienda en MLC: filas kilométricas que aumentan el peligro de contagio, el tiempo de espera y la irritación.
En junio, ADN Cuba reportó que un turno en estas tiendas, para comprar artículos “de lujo” como televisores y neveras, podía costar 5000 pesos o más.
Los ciudadanos entrevistados por el medio aseguraron que directivos y personal de seguridad en los comercios están complotados con los revendedores de turnos en las afueras.
Aunque se dijo en un inicio que las tiendas serían una medida “temporal”, el gobierno no ha informado cuándo las desmantelará en favor del resto de establecimientos, actualmente desbastecidos.