Este domingo pasará a la historia como el día en que el pueblo cubano se levantó contra el castrismo, ese que durante más de 62 años lo ha obligado a vivir sin libertades y derechos esenciales y básicos para una existencia digna.
De nada servirá la deconstrucción de los hechos que pretenda hacer la propaganda oficial, si es que sobrevive a estas muestras de auténtica inconformidad y rechazo cívico a seguir viviendo bajo un régimen totalitario, cuya ideología siempre piensa y promete a futuro, mientras las generaciones pasan sobreviviendo, sin lograr vivir como una tierra y una idiosincrasia emprendedora deberían permitir en otro escenario.
Ya el presidente del régimen, Miguel Díaz-Canel, anticipó en su alocución televisiva como definirán e intentarán resolver las protestas. Para él y la clase política que representa, lo que acontece son acciones programadas de enemigos de la pretendida revolución, vendidos al imperialismo estadounidense, que deben ser enfrentadas en las calles por los revolucionarios.
Con semejante llamado a la violencia mientras el pueblo clama libertad, volvió a dejar en claro que los cubanos no pueden esperar prosperidad y libertad de él ni de ningún otro “cuadro” que eventualmente designen para sustituirlo.
La solución de Cuba pasa por un cambio de verdad y tal necesidad ya no la defienden sólo los opositores y activistas más reconocidos, esos sobre los que se cierne y materializa continuamente la represión castrista, sino cubanos de prácticamente todas las provincias.
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Según información compartida y recopilada a través de las redes sociales y los medios independientes y alternativos a la hegemonía del Partido Comunista, en Cuba se han registrado y ocurren protestas en más de 20 localidades o territorios.
Estas son: San Antonio de los Baños, Palma Soriano, Alquízar, Güira de Melena, Bauta, San José de las Lajas, Camagüey, Matanzas, Santiago de Cuba, Güines, Santa Clara, Cárdenas, Holguín, La Habana y Bayamo.
También Ciego de Ávila, Guantánamo, Bejucal, Puerto Padre, Jovellanos, San Nicolás de Bari, Cienfuegos, Trinidad y el Vedado, específicamente frente a la sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión.
El número y la dispersión geográfica de las protestas le da una relevancia y un alcance a la feche que trascienden lo acontecido el 5 de agosto de 1994, en los eventos del llamado “Maleconazo”.
Al igual que en aquella ocasión, el régimen se apresta a sofocar las manifestaciones con represión policial, militar y civil. Díaz-Canel convocó a las huestes comunistas a tomar las calles y frenar los pronunciamientos de cubanos que para él no lo son.
La Cuba castrista sólo considera cubanos a quienes le son leales y no se manifiestan, por lo que es de preverse, y así lo aseguran reportes de última hora, un enfrentamiento y una represión descarnada en todos los puntos referidos y aquellos que se sumen a lo que es ya un levantamiento popular.
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Un levantamiento que ha tenido eco en la comunidad cubana en el exterior, con manifestaciones frente a las legaciones diplomáticas del régimen en países como Chile y Uruguay, y en el bastión histórico de la oposición al castrismo y la mejor muestra de qué son capaces los cubanos con libertades y derechos: Miami.
Todo, lo reconozcan a la postre el oficialismo y sus acólitos o no, hacen de esta fecha una de esas que realmente es digna de ponerse en murales y celebrar. El día del levantamiento en Cuba contra el castrismo, el día de la reivindicación de la libertad y los derechos en el país.
