Prisoners Defenders publica este 22 de febrero un extenso informe donde documenta las violaciones en el proceso penal y encarcelamiento de Luis Robles Elizástegui, juzgado injustamente por expresarse contra el gobierno en espacios públicos.
Desde el día en que fue apresado, a Elizástegui no le dejan ver a los allegados ni familiares que tratan de visitarlo, y tan sólo le permitieron hablar por teléfono en contadas ocasiones, aunque las llamadas son supervisadas por las autoridades penitenciarias, asegura PD.
El joven cubano padece de una gastritis crónica y no le permitían recibir sus medicamentos, aunque las autoridades del penal donde se encuentra, el Combinado del Este, accedieron luego de que protagonizara una huelga de hambre.
Por otro lado, la madre y el hermano de Luis Robles han sido incluso increpados en sus lugares de trabajo por agentes de la Seguridad del Estado. Su hermano Landy también ha sufrido acoso laboral a raíz del caso de Luis Robles.
Según el abogado de la oficialidad cubana del Bufete Colectivo que ha sido contratado, oficiales de la Seguridad del Estado alegan una supuesta conversación “sospechosa” con una persona en el extranjero, sin embargo, éste asegura que no le han presentado evidencia de ello ni figura ésta en el expediente investigativo.
“La detención y acusación del joven, no vinculado a la disidencia o al activismo de derechos humanos, obedece exclusivamente a una doble cuestión: al temor de un levantamiento popular espontáneo de magnitudes incontrolables, y a una estrategia de disuasión ciudadana respecto al apoyo a los opositores y su lucha por la libertad de expresión”, aclara PD.
La causa por la liberación de este joven sin filiación política, al que se le acusa de un oscuro delito sin mucha precisión, “otros actos contra la Seguridad del Estado”, encontró eco en organizaciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Unión Europea.
El pasado 4 de enero la PD incluyó a Luis Robles Elizástegui como uno de los nuevos Convictos de Conciencia en Cuba, “preso por manifestarse espontáneamente de forma irreprochable y pacífica en La Habana. El vídeo de su detención prueba que los cargos de Desacato y Desórdenes Públicos son completamente falsos”.
Robles se solidarizó con el Movimiento San Isidro y Denis Solís, condenado por “desacato” luego de un juicio sumario sin garantías legales. El castrismo acusó al joven de atentar contra la “Seguridad del Estado”, cuando todo lo que hizo fue manifestarse el 4 de diciembre con un cartel en el boulevard de San Rafael, en Centro Habana.
El régimen lo acusa de violar el artículo 124 y siguientes del Código Penal cubano, que establece privación de libertad de 10 a 20 años o la muerte a quien viole el espacio aéreo, penetre clandestinamente en territorio nacional y organice o forme parte de grupos armados.
La multa por sostener un cartel pidiendo la libertad de Denis Solís fue de 1000 pesos cubanos, supuestamente al amparo del Decreto 272, artículo 11 del Código Penal cubano, que prevé sanciones por “afear el ornato público” con vallas.
Las imágenes de su protesta fueron ampliamente difundidas en las redes sociales. Como muestran las grabaciones, las personas a su alrededor hicieron una especie de cordón para protegerlo y a la vez repetían las consignas que este manifestaba pacíficamente.