El joven sacerdote cubano Kenny Fernández Delgado se unió a los religiosos católicos que recientemente han denunciado la situación política y social de Cuba, bajo la dictadura castrista.
El párroco de la iglesia del municipio de Madruga, poblado de la provincia Mayabeque, pronunció este domingo 3 de enero una homilía en la que apuntó directamente al régimen cubano, y llamó al pueblo a protestar contra la injusticia.
Su sermón, publicado por él mismo sacerdote en su perfil de Facebook, tomó como motivo que la iglesia celebra en esa fecha el día de la Epifanía, cuando según la Biblia “Jesucristo se manifestó como rey, no solo de los judíos, sino a todas las naciones”. En esta historia, el monarca Herodes pretendió asesinar al pequeño Jesús, que simboliza el cambio hacia el bien.
“El rey Herodes manifiesta que quiere eternizarse en el poder, y por eso desequilibra el bien común a favor de su propio bien y el de sus partidarios, y al pueblo le da lo que sobra, si acaso”, expresó el joven cura.
“Cualquier parecido con la realidad actual que sufrimos, ¿es pura coincidencia? Al que le sirva el sayo, que se lo ponga”, afirmó Kenny Fernández.
Pero el sacerdote no dejó margen a otras interpretaciones. Fue claro al denunciar a la dictadura: “en nombre de Jesús, le pedimos a todos los seguidores del rey Herodes, los dictadores y tiranos de hoy. Que se arrepientan, y se conviertan de sus malas obras…”
“Les pedimos que pongan la patria y la bandera por encima de ellos mismos, y de cualquier partido o movimiento social. Y que se abran al diálogo con todos los sectores de la sociedad, como mejor salida a la crisis que vivimos”, continuó.
¿Y qué hacer si el poder se niega a hacer el bien?
Fernández Delgado deposita sus esperanzas en el pueblo, al que le dice que “si guarda silencio ante las injusticias de un gobierno, cualquiera que sea, será cómplice de las injusticias de ese gobierno”.
Para el líder religioso, “ante Dios tendremos que responder, porque si callamos ante la corrupción gubernamental, somos cómplices”.
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“Si callamos ante el maltrato, el hostigamiento, la tortura y el encarcelamiento de los que piensan y se expresan diferente al gobierno: somos cómplices. Si apoyamos un acto de repudio a los que piensan o se expresan diferente al gobierno, somos cómplices. Si callamos ante las mentiras de la televisión y los medios de comunicación, o nos prestamos para divulgar las mentiras de otros…, somos cómplices”.
Aludiendo a la actual crisis económica en la isla, añadió:
“Si guardamos silencio ante una injusta subida de precios… si no protestamos ante unas injustas tiendas en las que se vende en una moneda que nadie puede adquirir con su salario… y cualquier otra injusticia que exista o pueda existir… somos cómplices”.
Pidió hacer el compromiso “de romper la cadena de miedo, mentira, división y silencio cómplice que nos esclaviza. Esa cadena la romperemos con la fuerza del amor, la verdad, la unidad, y protestando sin violencia, sin rencor”.
“¿Jesús quiere que seamos cómplices de los Herodes de hoy, o que seamos constructores de su reino de verdad, justicia y amor? ¿Qué es lo que quiere Dios de los gobernantes cubanos? ¿Qué es lo que quiere Jesús del pueblo cubano? ¿Qué quiere hoy de los cristianos cubanos?”, cerró su impactante homilía.