Este martes, los niños y adolescentes debieron regresar a los centros de enseñanza de Cuba. Fue un comienzo atípico, porque la mayoría no inicia un nuevo curso, sino que debe concluir el interrumpido por el confinamiento debido al coronavirus, que no se ha ido. Pero el régimen imagina que todo lo puede y asegura que no será un desastre mandar a abrir las escuelas en medio de la aguda crisis sanitaria, pero sobre todo económica, de un país sin aseo, alimentos y con pocas medicinas
Además, faltan uniformes y materiales básicos de estudio, mientras sobran las malas condiciones estructurales de muchas escuelas, según declararon varias madres a Radio Televisión Martí.
La reapertura de las aulas fue en toda la isla, excepto los territorios afectados por el rebrote del virus: la Palma (Pinar del Río), Mariel y San Cristóbal (Artemisa), Camajuaní y Mataguá (Villa Clara), Cárdenas (Matanzas), y la provincia de La Habana.
Dairis González, una cuentapropista de Ciego de Ávila, no ha tenido estabilidad laboral la epidemia. Desde esta semana su hijo debe asistir a un aula con otros 30 alumnos. A la incertidumbre por el posible contagio, suma la de encontrar alimentos.
“Con qué voy a prepararle merienda a mi hijo, incluso no le he podido comprar ni la mochila, ni los zapatos porque no hay, yo no los mando a la escuela con esta situación que estamos pasando, que me lleven presa si les da la gana, pero la salud de mis hijos está primero”, afirmó González a Radio Televisión Martí.
Similar posición asumió Leydis Tabares, en la ciudad de Camagüey, quien tiene un nieto que cursa el prescolar. Su principal preocupación es que enferme, además de la comida y las malas condiciones de los centros. “El niño no va a empezar la escuela, todo el mundo está en contra de que comience el curso escolar”, respondió Tabares.
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Otra madre, en su caso de tres menores ve multiplicados sus problemas y preocupaciones. Sorania Cruz, residente en Velasco (Holguín), todavía “está considerando la asistencia de estos a la escuela”.
“Ahora los menores tienen que llevar de su casa la merienda y es muy duro, antes de la pandemia había puntos de cuentapropistas con ofertas en las cercanías de los centros de enseñanza y ahora están cerrados”, explicó.
También es un reto garantizar la higiene necesaria para “alejar” el coronavirus. “Imagínate, aquí no hay jabón, detergente, cómo vamos a mantener la situación de la higiene en la escuela”, se pregunta Cruz, quien asegura que no hay “ni desinfectantes para el lavado de las manos de los niños cuando entran o salen a comer algo”.
Por su parte, la periodista de Sancti Spíritus Aimara Peña González, señaló que “estamos muy preocupados los padres por el rebrote. Nadie nos está asegurando que no existan nuevos casos en la ciudad y pueden ser perjudicados nuestros hijos. Es importante el curso escolar, pero también lo es la seguridad de los estudiantes”.
Según el medio citado, Peña González advierte que “no existe ni siquiera base material de estudio, no tienen libretas, no hay lápices, y llevamos dos días en una cola y todavía no hemos podido comprar los zapatos”.
Todas las personas entrevistadas por Radio Televisión Martí, coinciden en que el inicio del curso escolar aun con la pandemia, complicó más la difícil situación de las familias cubanas.