Este 12 de mayo el periódico Trabajadores, perteneciente a la estatal Central de Trabajadores de Cuba informó que se encuentra en ejecución un saladero en las cercanías de la presa Zaza y se pretende construir un salón para el procesamiento de la claria en la granja de La Sierpe, con la intención de optimizar combustibles por concepto de traslados de materia prima.
De lo que se trata es de que la Industria Pesquera en Sancti Spíritus busca aumentar su capacidad con el objetivo de producir alimentos que lleguen directamente a los consumidores.
En la información brindada por el periódico del régimen, destaca que en la actualidad los trabajadores de la Industria Pesquera de Sancti Spíritus "procesan alrededor de 15 toneladas de pescado diariamente", y que la unidad empresarial de base (UEB) Indupir, es la industria encargada de procesar todas las capturas de la acuicultura en esa central provincia.
"Hombres y mujeres cortan las cabezas, limpian el abdomen y descaman, cada uno, alrededor de 500 clarias o similar número de tencas o de tilapias", detalló en Trabajadores.
Luego de este primer proceso los pescados se convierten en filetes, picadillo, croquetas, embutidos y otros muchos productos que se sirven en la mesa de los espirituanos, en la de cubanos de otras provincias y hasta cruzan océanos, como en el caso de la tenca HG, y su vejiga natatoria, utilizadas para diversos fines en Asia.
"Ese flujo laboral nos hace depender unos de los otros. Todos estamos en función de no perder tiempo y atentos para garantizar la calidad de las producciones", asegura Dorben Cañizares Soriano, operario de la máquina de picadillo, donde se obtiene el producto base para la elaboración de una veintena de surtidos, en la propia entidad y en otras fábricas del occidente y centro de la isla.
En la Indupir se moldean y cuecen cerca de cuatro toneladas diarias de croquetas, embutidos, albóndigas y hamburguesas.
"Como industria hemos tratado de no parar ante el déficit de materias primas importadas o deficitarias dentro del país. Fuimos de los primeros en introducir la harina de arroz en sustitución de la harina de trigo y la extendimos a todas las producciones donde se obtiene un producto de calidad y libre de gluten", explica el jefe de producción, Erich Pérez Márquez.
"Tampoco dejamos de producir, cuando en el país se incrementó el déficit de combustible. Por esa razón no podíamos utilizar la caldera y comenzamos a cocinar seis kilogramos de masa para croquetas con leña y llegamos a hacer dos toneladas diarias", rememora Pérez Márquez.
"La intención es lograr producciones preelaboradas, que resulten de más fácil preparación en la casa y adquieran mayor valor agregado. En ese sentido, ya han salido al mercado productos listos para consumir como el picadillo condimentado en aceite y pastas para bocaditos. La intención es incorporar filetes empanados y marinados, listos para freír", precisó el directivo.