Denuncia pésimas condiciones en hospital y el régimen lo toma en cuenta

Luis Carlos Manso denunció las calamidades del hospital La Dependiente, donde estuvo ingresado, y las autoridades tuvieron que ceder ante sus reclamos
 

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Luis Carlos Manso denunció en redes sociales las pésimas condiciones en el hospital La Dependiente, de La Habana, donde los sospechosos de coronavirus esperan a hacerse las pruebas y recibir resultados. Su denuncia se esparció y, al parecer, llegó a las autoridades.

Ayer publicó un post donde muestra la mejoría de las condiciones y agradece al youtuber Yader Serra y muchas otras personas por la ayuda. “Gracias al reconocido Yader Serra (YouTube) por hacer viral mi video y gracias a él llegó a las autoridades y enseguida se tomaron medidas”.

En el video del 24 de abril Manso mostró la suciedad en el baño donde se aseaban él y sus compañeros de cuarto, todos ancianos, y el pasillo que comunica las estancias sin limpiar. También denunció que los pacientes se orinaban en el suelo por falta de implementos para hacer sus necesidades.

Lo peor fue que hacía días no les daban agua potable para beber y todos estaban sedientos.

“Es una falta de respeto y los que no han vivido esto y no lo creen mejor ahórrense sus comentarios porque no le voy a aguantar a nadie un criterio en contra”, denunció indignado en su momento.


El avance de la pandemia en Cuba ha puesto de nuevo en la discusión pública las calamidades del sistema cubano de salud: hospitales abarrotados, sucios, faltos de comida y medios esenciales para cumplir su labor.

Como ejemplo, el usuario Migue Cosy Rivas denunció el 20 de abril la atención que recibió su padre, paciente diagnosticado con el nuevo coronavirus.

“Ya no sé a qué medio recurrir. En Cuba se creen los genios, los que pueden controlar una pandemia con la poca higiene de sus hospitales y albergues, sus pocos recursos, porque ni guantes tienen”, se quejó el usuario residente en Santa Fe, Isla de la Juventud.

También han salido a la luz las denuncias sobre los albergues improvisados por el régimen para los contagiados.

La familia de Yohana Hidalgo fue una de las que tuvo que sufrir en carne propia las condiciones de la escuela vocacional Lenin, convertida en albergue de emergencia. Sin medicamentos ni alimentos, allí fue a parar su abuela de 84 años, enferma de diabetes.

 

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