Cuba: la noche más larga comienza a llegar a su final

“Llega un momento en que se colma la copa de la resignación, y los hombres no quieren seguir abismados en la desesperación”
Malecón habanero. /Foto: Gabriela Sánchez. ADN CUBA
 

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En carta desde la cárcel de Birmingham, Martin Luther King nos recordó que “Llega un momento en que se colma la copa de la resignación, y los hombres no quieren seguir abismados en la desesperación”. Hay que observar que la copa se desborda sólo después de contener muchas gotas, y pareciera que el pueblo cubano está a punto de presenciar esa última gota.

Por su parte, José Martí sentenciaba: “La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía”.

La situación de los luchadores por los derechos civiles en Cuba es similar a la que tenían los esclavos aquí cuando esta Isla era una provincia de España, aunque la del resto del pueblo no es muy diferente. Los derechos que reclama este sector de la población son reconocidos por gran parte del mundo, y a pesar que Cuba es firmante de cuanta carta, convención y tratado exista en materia de Derechos Humanos, el régimen de La Habana se niega a respetarlos.

Luego de 60 años en el poder, el castro-comunismo, la dictadura más añosa de occidente, sigue haciendo caso omiso a los reclamos del pueblo en materia de derechos civiles. En Cuba no se puede hablar, no se puede ser crítico con el gobierno, no se puede ser contestatario en ninguna medida, disidente u opositor sin que eso conlleve difamación, persecución, maltrato, secuestro, privación de libertad o muerte, incluyendo los casos de muerte en circunstancias sospechosas.

Recordemos que existió un tiempo en el que la esclavitud fue legal en Cuba y se perseguía a todo el que se opusiera a ella. En ese desdeñable periodo a un esclavo se le podía obligar a trabajar, pero costaba más obligarlo a que lo hiciera bien, algo similar a lo que ocurre hoy día con esa masa del pueblo que no participa de las riquezas que atesoran los militares y un gran número de la casta dirigente. Luego vino un tiempo en que los esclavos comenzaron a revelarse, y a este les siguieron años en que un grupo de hombres libres comenzó a entender, como una consecuencia natural y necesaria, que tenían frente a ellos el final de la esclavitud y debían aunar fuerzas, cerrar filas, con el objetivo de extirpar ese flagelo de la geografía nacional.

Al día de hoy Cuba se desmorona por culpa de esa dictadura militar en la que aún insisten Raúl Castro y su grupito, pero la suerte para las nuevas generaciones es que cada hora que pasa son más los cubanos que se niegan a soportar esto, y las pruebas las da el pueblo en las calles, ya sea por la escasez de alimentos, por la falta de agua, por los cortes de electricidad, o por los derrumbes de los viejos edificios, o por la retahíla de leyes espurias que constantemente está sacando el gobierno para, dentro de un supuesto marco legal, contener el avance del pueblo y así dilatar lo más que se pueda la caída del régimen.

Desde que Miguel Díaz-Canel fue puesto al frente de la administración de la dictadura, el número de protestas se ha disparado considerablemente, y esto a traído como resultado un incremento en la represión contra el pueblo. El mundo ha visto como han sido perseguidos líderes religiosos, artistas, periodista, científicos, escritores, líderes sociales y activistas que trabajan en favor de los derechos humanos. El número de secuestros y detenciones arbitrarias por parte de la policía política también forma parte de ese incremento en la represión, incluso se han dado casos de procesos legales fabricados, falta de pruebas y violaciones al procedimiento penal. Sin dudas, el gobierno se niega a escuchar al pueblo.

George Orwell explicó que “Nadie instaura una dictadura para salvaguardar una revolución, sino que la revolución se hace para instaurar una dictadura”.

Eventualmente la dictadura creada por los Castro tiene que caer, y su legado de odio y maldad va a tomar el lugar que merece, algo que la historia se ha encargada de hacer con otros tanto como ellos, lo alentador aquí para los defensores de los derechos civiles es que en estos momentos son muchos los cubanos que se resisten a esperar que caiga por su propio peso, y esto inevitablemente siempre viene salpicado de sangre, de más sangre, quise decir, porque los tiranos nunca entregan el poder por las buenas, sobre todo cuando se vislumbran en el horizonte que, para Cuba, la noche más larga comienza a llegar al final.

José Martí en Con todos y para el bien de todos dijo “A quien crea que falta a los cubanos coraje y capacidad para vivir por sí en la tierra creada por su valor, le decimos: ‘Mienten’”.


*Este es un artículo de opinión. Los criterios que contiene son responsabilidad exclusiva de su autor, y no representan necesariamente la opinión editorial de ADN CUBA.

Escrito por Abu Duyanah

Escritor y fundador de OnCrítica Ediciones. Periodista en La Voz del Islam en Cuba y en ADN Cuba.

 

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