El escritor cubano Carlos Manuel Álvarez anunció este lunes 22 de febrero a través de sus redes sociales, que próximamente estará disponible su novela “Falsa Guerra”, perteneciente al catálogo de Sexto Piso, una de las editoriales independientes más grandes de México.
En su perfil en Facebook, el joven periodista, cofundador y director de la revista El Estornudo, señaló:
“Si «Los caídos» ocurre en un lugar cerrado, esta ocurre en muchos lugares. Si «Los caídos» es compacta, esta es fragmentada. Si en «Los caídos» hay cuatro, cinco personajes, aquí hay decenas. Si en «Los caídos» se habla de encierro, aquí se habla de escape. Si «Los caídos» tiene 136 pág, esta tiene 250 pág. Si «Los caídos» se escribió en Miami Beach, esta se escribió en muchas ciudades. Si en «Los caídos» hay pobreza, aquí hay, tal vez, lasitud. Si «Los caídos» gira alrededor de un punto material de desgracia, esta gira alrededor de un fantasmagórico punto de vacío. Si en «Los caídos» los silencios no se callan, aquí las voces no hablan. Si en «Los caídos» los capítulos se llaman «Madre», «Padre», etc..., aquí las historias se llaman «Sospechosos habituales», «El barbero de Hialeah», «Una rara epidemia en la clase de inglés», cosas así. Si «Los caídos» lleva un epígrafe de Philip Roth, esta lleva uno de Lezama y otro de Rimbaud, que dice: «Sueño con una guerra, de derecho o de fuerza, de una muy imprevista lógica». Si «Los caídos» piensa, esta cuenta. No obstante, las dos portadas son del mismo ilustrador (Patricio Betteo), los dos libros salen en la misma editorial (Sexto Piso), y ambos textos llevan el mismo nombre de autor encima”.
“En algún momento, mientras ponía una palabra detrás de otra como si fuera así y punto, me pregunté tanto con «Los caídos» como con «Falsa guerra» si se puede hacer de verdad lo que uno hace si en ocasiones no se tiene un poco de desprecio por lo que uno hace, y en otras ocasiones, tal vez, algo como agradecimiento. Pero bueno, parece que en última instancia se trata justamente de eso. Poner una palabra detrás de otra como si fuera así y punto”, subrayó.
“Muy pronto ya en el ruedo. Espero que le caigan, díganme que sí”, añadió Álvarez.
En un texto publicado por Gilberto Padilla Cárdenas en Hypermedia Magazine, el autor afirmó: “No estoy aquí para poner cinco estrellitas a nadie, pero Carlos es un narrador maravilloso. Su literatura es la de un escritor que busca sobre todo el triunfo del estilo”.
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Carlos Manuel Álvarez es autor de los libros: La tarde de los sucesos definitivos (2014); la colección de crónicas La tribu: retratos de Cuba (2017); y, la novela Los caídos. Sus textos han aparecido en Gatopardo, La Nación, Clarín, The New York Times, El Malpensante, Letras Libres, Huffington Post México, GQ y Vice. En 2017 el joven escritor y periodista fue incluido en Bogotá39, una lista de los 39 escritores menores de 40 años más prometedores de América Latina.
A fines de diciembre de 2020, Ana Cristina Núñez, investigadora principal del Programa Centro y Sudamérica del Comité para la Protección de los Periodistas, conocido como CPJ por sus siglas en inglés, advirtió que “las autoridades cubanas deben cesar de inmediato su sostenida y feroz campaña de hostigamiento contra el periodista Carlos Manuel Álvarez”.
"Cuba tiene el ambiente más hostil de América para la prensa, y el acoso continuo a periodistas que hemos visto allí en las últimas semanas indica que, contrariamente a la propaganda del régimen, la situación está empeorando", criticó.
Agentes de la Seguridad del Estado “han acosado repetidamente a periodistas desde que comenzaron las protestas afiliadas al Movimiento San Isidro a fines de noviembre, como lo ha documentado el CPJ”, se publicó en el sitio web del Comité.
Luego de que un grupo de activistas, artistas y periodistas independientes se acuartelaran en la sede del Movimiento San Isidro en Damas 955, La Habana Vieja, para exigir al régimen cubano la liberación del rapero contestatario Denis Solís, sucesos en los que se involucró Álvarez, el escritor fue víctima de constantes arrestos arbitrarios, interrogatorios policiales, arrestos domiciliarios y campañas de descrédito en los medios estatales.
El acoso y hostigamiento de la Seguridad del Estado contra el joven escritor fue denunciado por varias organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos.