Poco se sabía sobre cómo, o quién, estaba costeando la estancia del personal médico enviado por el gobierno de Cuba a Andorra, para apoyar en la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus. Una brigada de la que luego conoceríamos su inexperiencia para asumir ese encargo.
La pasada semana, el ministro portavoz del Gobierno, Eric Jover, aseguró que los gastos generados por la estadía de los profesionales de la Isla en el hotel Escaldes-Engordany corren a cargo de la familia Sirkia. Pero no se conocen los detalles del acuerdo ni las motivaciones que hicieron a esta familia asumir el costo de la operación.
Un periódico Andorra reveló que el millonario Alexis Sirkia es quién está pagando los gastos de una operación que, si miramos la experiencia de las “misiones médicas” anteriores, sospechamos que no es solo por solidaridad, ni gratis, y sí un buen negocio para las autoridades de la empobrecida isla del Caribe.
Sirkia es “un valorado programador informático que ha acumulado una fortuna importante gracias a su talento”, según el Diari d' Andorra.
Nació en el principado europeo, que es un paraíso fiscal y turístico a medio camino entre España y Francia, sobre los Pirineos.
Se trasladó a Málaga (España) donde se dedicó a trabajar en el mundo de los bloques de Bitcoin y otras criptomonedas, el dinero virtual del que tanto se habla de unos años hacia acá.
Alexis tiene trece hermanos, no todos de la misma madre. Su padre, Arnold Sirkia, era un finlandés que hizo fortuna en Andorra gracias a nueve joyerías y el comercio con diamantes y zafiros que compraba en Tailandia, donde ahora vive Alexis. También abrió joyerías en Málaga, en Marbella y en Hawai.
El patriarca de los Sirkia estuvo viviendo un tiempo en Estados Unidos y viajó por todo el mundo. Por eso en Andorra fue visto como un hombre extravagante y demasiado moderno para su época, que tuvo dos esposas y varias amantes.
Cuenta la prensa europea que el padre Sirkia, fallecido en 1993, era excéntrico: no dejaba fumar en el trabajo, disponía de dos avionetas privadas con piloto y tenía un detector de mentiras que utilizaba cuando desaparecía algún objeto de valor de sus comercios.
Tenía relación con los andorranos más influyentes de la época y algunos viajaron a Tailandia con su mediación para comprar diamantes. La última de sus esposas sigue ligada al negocio de las joyas.
Según el diario de Andorra, Arnold Sirk murió arruinado porque empezó a descuidar la buena marcha de los negocios.
Pero la familia ha visto reverdecer su fortuna gracias a Alexis, quien se encarga de una fundación con la que ayuda todo el que tiene el apellido Sirkia.
Ahora, el acaudalado informático también asume el sostén de los 11 médicos y 27 enfermeros cubanos pertenecientes a la Brigada Henry Reeve presentes en Andorra.
La información pública que ha dejado ver el enigmático millonario da cuenta de que es fundador de Yellow.com y cofundador de GSR, una empresa dedicada al negocio de las criptomonedas. Además, es uno de los principales inversores de Ripple, una de las monedas virtuales líderes del mercado, apenas por detrás en popularidad de Bitcoin y Ethereum, cuyos centros de intercambio se distribuyen entre Corea del Sur, Suiza, España, Tailandia y Hong Kong.
Fuera de esta información, disponible en su perfil profesional, poco se conoce sobre la vida social y privada del exitoso Sirkia de estos tiempos, así como de sus negocios en el Principado de Andorra.
Alex, como lo conoce la familia, vive en Tailandia, donde convive con dos mujeres en casas diferentes, una situación que en ese país es legal.
El benefactor quería que su pago quedara en el anonimato, pero la noticia de su vinculación con los médicos cubanos ha despertado la curiosidad en ese país.
Sobre el costo de la presencia médica cubana en Andorra se ha sabido que su viaje hasta Europa, a cargo de la aerolínea española Iberia, habría costado 19 mil 811 euros, pagados por el erario local.
A través del Boletín Oficial del Principado (BOPA) fue revelada la información, que precisó que de esta cifra se excluye el costo del traslado en autobús de Madrid a Andorra, el pasado 29 de marzo.
Los gobiernos de Andorra y La Habana no han comentado públicamente los detalles del convenio firmado entre ambas partes, tampoco si continuará cuando se supere la crisis generada por la pandemia del coronavirus.