Los religiosos matanceros Yéremi Blanco Ramírez y Yarian Sierra fueron amenazados, ayer 21 de octubre, con represalias si acuden a la Marcha Cívica por el Cambio el venidero 15 de noviembre.
Sierra contó en su perfil de Facebook los detalles de la citación ilegal que recibieron y como fueron obligados a acudir a una estación policial para ser amedrentados.
El joven que fue detenido junto a Blanco Ramírez por su participación en las protestas del 11 de julio, contó que varios pastores de Matanzas estaban reunidos cuando recibió una llamada de un número desconocido, una técnica harto usada por la Seguridad del Estado.
“Recibí una llamada telefónica de un número desconocido para hacernos al pastor Yéremi Blanco Ramírez y a mí una citación a la sede de la PNR de la Playa y al no reconocer el número le aclaré que no iríamos. Solo minutos después se presentó en la casa un oficial para decirnos en persona (pero sin citación escrita) que debíamos presentarnos mañana en la mañana a dicha citación”.
Los jóvenes indicaron que no asistirían si no mediada una citación legal, entonces el oficial “nos advirtió (de mala manera y delante de nuestros hijos menores de edad y de otra familia y vecinos) de una posible acusación por desacato y que ahora debíamos acompañarlo en ese mismo momento. Al llegar allí fuimos advertidos y más que advertidos casi amenazados para que no saliéramos el 15 de noviembre”.
Sierra y Blanco Martínez, incluso tras su excarcelación el 25 de julio, continúan bajo vigilancia policial.
Así lo escribió Sierra: “El resumen de todo esto es que, aun cuando no se nos comprobó delito alguno y se nos impuso una multa administrativa que ya pagamos, AUN ASI seguimos bajo vigilancia, bajo acoso, bajo seguimiento por ser, según ellos, personas de interés policial. Personas de interés policial sin un delito comprobado, con una condena injusta ya cumplida y aun así siendo sometidos a todas estas injusticias”.
Además, denunció el temor que sintieron sus hijos ante el suceso “El rostro aterrado de nuestros hijos al salir este día (el mismo rostro de sufrimiento e inseguridad que tenían en Julio durante los 14 días de nuestro injusto encierro) no se nos va a borrar jamás de la mente”.
La violencia estatal emprendida por el régimen cubano también afectó a la comunidad religiosa.
Sierra y Blanco Martínez, pertenecientes a la Iglesia Bíblica de la Gracia en Matanzas, fueron arrestados durante una manifestación pacífica en esa ciudad el 11 de julio en horas de la tarde.
Otro de los religiosos reprimidos ese día fue el padre Castor José Álvarez, de Camagüey, quien fue liberado el 12 de julio con un golpe en la cabeza.
En declaraciones tras su excarcelación, el cura denunció que fue a ofrecer asistencia espiritual a los manifestantes y a abogar por la no violencia, pero un agente del gobierno le pegó con un bate en la cabeza.