Tres jóvenes católicos sufrieron acoso policial este sábado por acudir a la estación de Infanta y Manglar a interesarse por Luis Manuel Otero Alcántara, quien fue detenido arbitrariamente la víspera luego de ser objeto de un acto de repudio encaminado a poner fin a uno de sus performances.
Carolina Sansón Aguiar, Lay Mi Guilbeaux y Leonardo Fernández Otaño acudieron a la cuarta estación del Cerro para averiguar por Luis Manuel y al parecer eso es un delito por la manera en la que los trataron, informó a esta revista el fotógrafo y escritor Ariel Maceo Téllez.
Según explicó, Fernández Otaño entró a la estación y cuando se iba a retirar lo llamaron de vuelta y lo retuvieron por más de media hora, mientras que a las jóvenes, que lo esperaban afuera, un policía las increpó por su presencia allí y les pidió sus números de identidad, quizás para tomar medidas posteriores en su contra.
El régimen teme a Luis Manuel Otero Alcántara y persigue a aquellos que se relacionan o se interesan por él. Este viernes lo detuvo arbitrariamente para finalizar el performance que había iniciado contra la represión y la tortura, temeroso de que la obra opacase la homogeneidad y tranquilidad que el oficialismo pretende vender en estos días de congreso del Partido Comunista.
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Según se conoció la noche del viernes, los órganos represivos del régimen volvieron a atacar la sede del Movimiento San Isidro (MSI), número 955 de la calle Damas, en La Habana Vieja, y secuestraron al activista, a quien mantenían bajo vigilancia y en arresto domiciliario desde hace días.
Éste había iniciado un performance para protestar contra el estado de sitio que mantiene la policía política sobre él. Como parte de la iniciativa estaría sentado en un garrote vil ocho horas diarias, por cinco jornadas.
“Desde hoy estaré durante 8h diarias por 5 días sentado en un Garrote Vil, días en los que permanezco sitiado por el DSE, convoco a las autoridades a que accionen este torno y me ejecuten públicamente”, escribió en Instagram.
Su performance fue castigado con la detención y ocupación de sus obras, por lo que el artista, ya en libertad, exige la devolución de éstas.