Según las estadísticas del régimen, desde que llegó el nuevo coronavirus, en Cuba ningún niño o adolescente ha fallecido por Covid-19, aunque por faltas de ambulancias sí, por negligencias y malas prácticas médicas.
En comparecencia en el espacio radio televisivo de propaganda estatal Mesa Redonda este 12 de febrero, la jefa del grupo nacional de Pediatría, Lissette López, señaló que si bien "ningún niño ni adolescente ha fallecido de Covid-19, el número de contagios crece y solo en febrero las cifras sobrepasan los mil pacientes".
Según la especialista, el tercer rebrote del virus has superado con creces los dos anteriores "en la población pediátrica que alcanzó los 799 enfermos", siendo que solo en lo que va de febrero, las cifras superan hasta ahora los mil.
Reconoció además, que este escenario "constituye un reto, una meta alta, pues si bien ese grupo poblacional presenta una evolución más favorable al enfermar de Covid-19", son muchos los que han requerido de cuidados intensivos.
Asimismo, la doctora intentó responsabilizar a los familiares de estos pacientes, al referir que en "las tres etapas de presencia de ese mal en Cuba tienen como factor común ser una enfermedad viral en la que el componente social es necesario tenerlo en cuenta. La familia es fundamental en este enfrentamiento a la pandemia".
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Subrayó también la especialista, que el mayor número de estos enfermos se encuentra "en edades extremas, como los lactantes, con un incremento sostenido, y en febrero son contabilizados 60 menores de un año contagiados con la Covid-19", para un promedio de 5,4 diarios, en comparación con el mes de enero que fue de cuatro.
En cuanto al tratamiento de los casos con secuelas, precisó que "aquellos con comorbilidades presentan mayor riesgo de requerir procedimientos más invasivos", y explicó que en la provincia de Villa Clara se está realizando un estudio con 61 niños, de los cuales "el 27 por ciento desarrollaron afecciones como miocarditis, pericarditis con derrame, trastornos del ritmo cardíaco e hipertensión arterial; luego de salir convalecientes del virus SARS-CoV-2".
"Además de las secuelas cardiovasculares, se han detectado secuelas pulmonares, en especial fibrosis pulmonar. En estas edades la Covid-19 es silente, asintomática, pero con un daño interno importante", destacó.
Los datos publicados por el régimen estiman que en enero, el mes más complejo de la pandemia en el país, fueron diagnosticados mil 624 infantes, una cifra superior a la suma de los casos registrados entre marzo y diciembre de 2020 (mil 308).