El infierno de una familia cubana con caso confirmado de COVID-19

Esta familia cubana del municipio La Lisa, en La Habana, ha sufrido un infierno luego de que al padre lo confirmaran como caso positivo de COVID-19
Esta familia cubana del municipio La Lisa, en La Habana, ha sufrido un infierno luego de que al padre lo confirmaran como caso positivo de COVID-19
 

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Una familia cubana del municipio La Lisa, en La Habana, denunció que pasa un infierno, luego de que al padre de la casa le diagnosticaran COVID-19.

Desde las pésimas condiciones del centro de aislamiento en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) a donde trasladaron al hombre; hasta la precariedad que sufren su esposa y dos hijas por la prohibición de salir de su casa.

La madre de las dos niñas -cuya identidad protegemos- contó a ADN Cuba que sus pruebas PCR como sospechosas demoraron, en medio de la imposibilidad de trasladarse a comprar alimentos, que escasean en la isla.

"Te dicen que no puedes salir de la casa pero nadie te busca ni te trae nada".

"Estuvimos aisladas una semana luego de que mi esposo dio positivo, sin que nadie nos trajera nada. Después de llamar a varios lugares, que dicen que atienden a las personas, y entonces me mandaron a una mensajera que vino un día, trajo un paquete de galletas y jamás volvió", denunció la mujer.

Además, un día, arriesgándose pues necesitaba comprar productos de primera necesidad, salió a la calle y los vecinos la denunciaron ante las autoridades, quienes le impidieron avanzar, con amenazas de multa.

"He estado muy estresada y lloré mucho porque estamos solas y mi esposo me ayudaba mucho".

Una de sus niñas padece una enfermedad que requiere alimentos especializados, como cereales, que ahora se obtienen únicamente en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), para las que ella no tiene presupuesto.

Su esposo, internado en un centro de aislamiento en la UCI, también ha sufrido malos tratos con la enfermedad.

La esposa contó que el día que lo llevaron a esa institución, los pacientes estuvieron 8 horas en la guagua sin poder bajarse, por órdenes de las autoridades.

"La policía no los ni dejaba bajar a orinar", señaló.

En varias ocasiones no había interferón para tratar a los enfermos y la comida es de mala calidad.

"Es horrible, en cajitas, dice que parece cemento, que lo puedes tirar contra la pared".

 

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