En el 2020, coyuntural, fue el término más sonado en discursos, polémicas, chistes y memes en Cuba, después que el presidente Miguel Díaz-Canel la utilizara para llamar -de algún modo- el nuevo periodo especial predominante en la isla.
Aunque este 2021 aun es joven, varias expresiones ya afloran en cerrada disputa por el vocablo primero en el rating: ordenamiento, inflación… pero sin dudas, es “nada”, quien ciñe la corona, por ser la palabra más repetida en todas partes.
En un recorrido por Jaimanitas se escuchó en varias de las cuadras y a veces repetida. En Tercera y 236 dos ancianas se encuentran y una le pregunta a la otra:
“Dime Chucha, ¿dónde puedo encontrar boniatos? El perro hace dos días que no come “nada” y parece que está enfermo, no tengo “nada” que darle, ¿viste si hay en el agro?”
Chucha responde: “Ni vayas, allí no hay “nada”. Vengo de dar una vuelta completa por Jaimanitas y fue por gusto, no hay nada. Nada de nada”.
En la sala de su casa, el delegado del Consejo Popular habla en voz alta por teléfono. Parece que con un funcionario. Tiene la puerta y las ventanas abiertas y desde la calle se escucha su voz:
“Al final no trajeron nada. Me quede esperando el camión y nada. No vino nada de lo que dijeron que iban a enviar y la gente se quedó esperando, hizo la cola para nada. Ahora la culpa recae en mí, que no tengo nada que ver con eso. Aquí el agro esta pelao, solo tomates y eso tú sabes que no es nada”.
Por Tercera una joven camina a paso apresurado, dice que sacaron detergente en la tiendecita y debe apurarse porque “ahorita no hay nada”. Detrás dos mujeres la alcanzan con paso de marcha olímpica y la sobrepasan, llevan jabas en las manos y se impulsan con los brazos, una va diciendo:
“El famoso ordenamiento ese no conduce a nada. Lo único que ha traído es más miseria a la gente, pero de alivio nada. Hoy voy a inventar un arroz amarillo y no tengo con qué, porque no hay ajo, ni ají, cebollas, comino… nada. Tengo unos tomates que dejé para una ensalada que acompañé al arroz amarillo, y más nada”.
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En el parque una cola espera que llegue algún camión con algo. Luis Machado, de noventa años todos vividos en el pueblo, mantiene un soliloquio de una frase que repite sin parar:
“Dicen que antes no había nada…. y cuando en verdad no hay nada es ahora…”.
En un minuto Luis Machado ha dicho la palabra diez veces, su voz de tenor lírico y su aspecto de desamparo rebota en la cola y se convierte en el tema principal de las conversaciones.
“Me subieron el salario, pero solo me alcanza para sacar los mandados de la bodega y pagarme el transporte al trabajo, más nada”, expresa una mujer que es la primera en la cola, con un moño estilo Moraima Secada y un mohín de disgusto de mujer amargada, “quise comprarle un par de zapatos a mi hija para la escuela y no pude porque del salario no me quedó nada. La canasta básica es lo mismo que han dado siempre, lo que ahora es diez veces más cara. El salario alcanza menos que antes. El gobierno no ha hecho nada, dicen que han trabajado a favor del pueblo pero lo único que hicieron fue salarle más la vida a la gente, que no tiene nada para sostenerse y vivir”.
No vino nada, no queda nada, no hay nada, son conjunciones frecuentes en las voces de un pueblo asfixiado por una economía en bancarrota en un callejón sin salida y sin nada que aportar en bien de la sociedad. Clemens, antiguo conserje de la Escuela Primaria Manolito Aguiar, confirma que efectivamente, es "Nada" la palabra del año.
“Muy seguida por No hay y Se acabó, dos afirmaciones que también describen la crisis de este 2021.