Jóvenes activistas hicieron llegar a una familia que vive con una tensa situación económica, una ayuda de exiliados cubanos. En este caso se le entregó un ventilador a una niña residente en La Habana.
Héctor Luis Valdés Cocho, compartió un video en Facebook, donde se observa cuando la pequeña recibe el equipo. “Acá les dejamos el momento de la entrega (...) Gracias a todos los hermanos del exilio que hacen posible este tipo de obras tan bellas”, refirió el activista, quien además realiza periodismo ciudadano.
Esteban Rodríguez, colaborador de ADN Cuba y activista, intercambió con la pequeña Haila y su familia. En las imágenes se aprecia cómo les deja armado el nuevo ventilador y conversa con la niña y su abuela.
“Quisiera agradecer a todos los hermanos que hacen posible esta labor”, subrayó Rodríguez.
Mientras el régimen se niega a entregar la carga humanitaria enviada desde del exilio, estos jóvenes también entregaron a fines de agosto a familias necesitadas, alimentos y otros suministros, reunidos gracias al apoyo de emigrados cubanos
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El 30 de agosto los activistas llegaron hasta hogares de familias con ancianos, niños pequeños o dificultades específicas, con una bolsa de alimentos básicos y otros insumos.
Hasta un apartado barrio del municipio de Guanabacoa, donde no hay ninguna tienda y apenas se consiguen productos de primera necesidad, fueron los activistas, quienes con la ayuda de residentes de la localidad identificaron las familias con mayores dificultades y le entregaron una bolsa que contenía, leche, carne de pollo y picadillo, entre otros víveres.
En un video transmitido en Facebook, por Héctor Luis Valdés Cocho, se pudo ver cómo varias familias recibieron los alimentos. Madres solteras, ancianos que viven solos y otras personas con discapacidades físicas resultaron beneficiados.
Aunque la ayuda -reunida gracias a cubanos emigrados, para intentar ayudar en medio de la terrible crisis económica y el desabastecimiento que impera en la isla-, no logra cubrir las necesidades de las personas de esta comunidad, es un aporte que fue muy agradecido y valorado por los habitantes. Los jóvenes refirieron que luego de haber identificado a familias muy necesitadas que no alcanzaron la bolsa con los alimentos, volverían en otra ocasión para poder socorrerlos.
Esteban Rodríguez, realizó la pesquisa de las personas más vulnerables y ayudó en la repartición de la ayuda, aseguró que todos cumplían con las medidas de distanciamientos social y protección, para evitar la propagación del coronavirus.
Mientras el régimen se niega a entregar la carga humanitaria enviada desde del exilio, y que permanece en el puerto del Mariel, con alimentos y productos de primera necesidad para alrededor de 15 mil familias, estos jóvenes continúan en el empeño de ayudar a personas que viven en pobreza y se encuentran desamparados.
Cubanos exiliados persisten en ayudar y apoyar, aunque el régimen se oponga y cada vez hunda al país en más miseria y agonía.