No podía ser de otra manera. No hay que pedirle peras al olmo, ni a las dictaduras que se pongan del lado de los pueblos. Por eso era esperado, aunque igualmente indignante, que el muñeco de feria designado como presidente por el general Raúl Castro para continuar asfixiando al pueblo de Cuba, le hiciera la corte al autócrata bielorruso que por estos días se niega a dejar el poder en su país.
El camarada títere Miguel Díaz-Canel respaldó en las redes sociales a Aleksandr Lukashenko, el presidente de Bielorrusia discípulo de Fidel Castro –así lo ha reconocido–, que gobierna desde 1994 y piensa continuar, aunque tenga que acallar las protestas populares a sangre y fuego con sus fuerzas represivas o la intervención militar del zar Putin.
El mandatario cubano, para que no quede duda de su servilismo hacia los pocos aliados del régimen castrista, expresó en sendos tuits en español e inglés, que su administración “rechaza la injerencia externa contra la soberanía y autodeterminación de Belarús”, atribuyendo el clamor popular luego de unas dudosas elecciones a planes del imperialismo mundial, como si estuviésemos en plena guerra fría.
Una de las condenas de la isla caribeña bajo la mal llamada “revolución”, es escuchar el mal relato de la tiranía que todavía quiere hacer creer que estamos en los años 70 del siglo XX y aquí se construye algo que no sea la fortuna personal de los dirigentes.
“Reiteramos nuestra solidaridad con Presidente legítimo de ese país, Alexander Lukashenko y el hermano pueblo bielorruso”, añadió Díaz-Canel, demostrando que en eso de ir contra la democracia apuntalando otros gobiernos autoritarios, también es continuidad de Fidel y su hermano Raúl.
Y es que, al parecer los vejetes castristas y sus herederos tecnócratas y rechonchos están viendo las barbas de los “vecinos ideológicos” arder, y advierten a los cubanos que no se les ocurra manifestarse pacíficamente. Porque someterse a elecciones… eso no lo hace la clase política de la isla ni en sueños, no vaya a ser que por ponerse máscara de demócratas se le creen problemas como a Lukashenko.
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Las evidencias de la manipulación informativa del castrismo, de sus declaraciones de fe a Putin y sus aliados, están a la vista. Además de lo expresado por el plañidero Canel, el 18 de agosto el portal de propaganda del Comité Central del Partido Comunista, Cubadebate, publicó íntegramente el extenso discurso de dictador de Minsk, poco después de las elecciones rechazadas por la oposición y una amplia franja del pueblo.
Este lunes, el periódico oficialista Granma publicó un artículo asegurando que “Bielorrusia se enfrenta a una componenda tramada desde Occidente”, y defendiendo que el presidente Vladimir Putin prometiera para el dictador de Belarús “el apoyo de la fuerza rusa, si resulta necesario”.
¿Podría darse un escenario como el de Praga del 68, cuando Fidel aplaudió la invasión soviética a la entonces Checoslovaquia que reprimió a manifestantes que pedían algo más de libertades, incluso dentro del “socialismo”? En todo caso ya sabemos la posición de la dictadura empotrada en La Habana, y hacia dónde se mueven los hilos del figurín Díaz-Canel.