Este lunes, la activista Lucinda González Gómez solicitó la sentencia de su esposo, el prisionero político, Silverio Portal, quien lleva más de dos años recluido.
Esto con el objetivo de hacérsele una revisión de causa y mandarla a abogados internacionales para ver cómo se canaliza en pos de la libertad del cubano.
Minutos después, a la opositora le comunicaron en el Tribunal Provincial que no le podían entregar la sentencia, pues eso tiene que ser por mediación de un tribunal o del reeducador.
"Todo es una traba, una burocracia, un pare. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esto?", se pregunta Lucinda.
Este fin de semana, González Gómez declaró a ADN Cuba que el prisionero político está perdiendo la visión y su situación de salud se agrava.
Cumple sentencia de cuatro años por supuesto desacato y desorden público, pues protestó ante la incapacidad del gobierno cubano para arreglar edificios en ruinas.
Su esposa lo confirma: "Él tenía un proyecto de 'No más muertes en Cuba por derrumbes'. En una peña sobre el tema él llegó a reunir a más de 100 personas en el Parque Central.
Desde el año pasado, Portal Contreras denunció la falta de medicamentos que afecta a los reclusos en la prisión de Valle Grande.
A través de una carta a la que tuvo acceso ADN Cuba— y que estaba dirigida a la Sección 21 de la Contrainteligencia de los Órganos de la Seguridad del Estado— Portales aseguró en 2019 que le pedían a los reclusos que “se suministren sus propios medicamentos, ya que la prisión no se los puede proveer”.
Silverio cuenta en su carta que luego ser detenido en casa de su madre en Alamar, fue enjuiciado al otro día en el Tribunal Popular de Centro Habana y acusado de “hablar mal de Fidel y Raúl, los dirigentes de la Revolución” frente a unas 150 personas en el Parque Central.
El 23 de abril a SIiverio le dieron dos isquemias transitorias.