Este 1 de julio en su columna acuse de recibo, el diario estatal Juventud Rebelde se hizo eco de una queja enviada por Mercedes González a su redacción, donde denuncia que el hotel Habana Libre ha subido a 750 CUP por mes la tarifa de estacionamiento en su parqueo, lo que estaría rondando los 30 dólares.
Mercedes, quien es vecina de Jovellar 357, apto. 44, entre L y M, en el Vedado habanero, señala en su carta que este nuevo precio es siete veces y más de lo que pagaba, algo lamentable en la actual crisis por la que atraviesa el país.
"En estos momentos, cuando estamos viviendo una pandemia y con la situación crítica de la economía, el hotel ha decidido subir el precio a 750 CUP mensuales", precisa.
A esto hay que sumarle que Mercedes González es una enfermera jubilada, que trabajó por 50 años en el sector de la Salud Pública, y que su retiro no le alcanza para pagar semejante descalabro, más cuando tiene que priorizar la compra de insumos básicos, los cuales también han sufrido un alza en sus precios.
Explica Mercedes que ella lleva 15 años pagando cien pesos mensuales por guardar su carro en el parqueo del hotel Habana Libre, y que en su caso la nueva noticia es como para infartarse.
"Considero que no es momento de subir los precios, y menos sin una explicación. Solo nos han dicho: Si estás de acuerdo firma el contrato y ya".
De manera general, el parqueo en La Habana es un problema en sí mismo. Numerosas son las áreas desaprovechadas, y otras tantas las que no cuentan con las condiciones necesarias. A pesar de esto, poseen precios que no bajan de los 5 CUP, como suele suceder en tiendas y otros establecimientos estatales.
En el caso del hotel Habana Libre, su parqueo pudiera mencionase como uno de los mejores de la capital, pero con este incremento en su tarifa es normal que más de uno de sus cliente habituales esté molesto, pues no los han tenido en cuenta, y mucho menos han valorado la relación entre salario promedio y precio.
Pudiera creerse que detrás de este incremento existe una buena justificación, pero en el caso de Mercedes González no se han considerado sus 15 años como cliente del lugar, ni los problemas propios de su edad, que le dificultarían encontrar otro lugar para estacionar su carro, y mucho menos su salario como jubilada.
