El músico y artivista cubano David d’Omni denunció a través de su cuenta de Facebook que su perro fue envenenado, supuestamente por agentes de la Seguridad del Estado en Cuba.
“Mi perro amaneció muerto hoy. Todos los ladrones de mi barrio saben que en mi casa hay alarmas y cámaras filmando las 24 horas, pero mi perro era toca’o; mi perro a todo el mundo lo recibía moviendo la cola, mi perro no tenía intriga con nadie. Nunca vio al ser humano como una amenaza, porque se crió entre gente: entre niños, gente grande, viejos…”, contó el artista.
David responsabilizó a “todos los chivatones y esbirros de la Seguridad de Estado, que están chivateando por gusto, jamándose el mismo cable que todos los cubanos”, y arremetió enojado contra el presidente Miguel Díaz-Canel, y contra Raúl Castro y Fidel Castro.
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El rapero denunció también que su hijo, un pequeño con problemas, podría haber entrado en contacto con el veneno al salir al patio.
Hace apenas unos días, en exclusiva con ADN CUBA, David d’Omni confesó sentirse “como una planta, como un cactus que se da en un desierto; pero siento que estoy donde tengo que estar. Es un clima adverso y difícil pero es mi clima”.
David es fundador, junto a Amaury Pacheco, del proyecto independiente Omni-Zona Franca, que surgió como respuesta ante la falta de espacios institucionales para la presentación de artistas contestatarios.
El joven participó recientemente en el Panel sobre libertad de expresión, arte y prensa en Cuba, que se desarrolló en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington DC.
El Panel contó la asistencia de varios activistas cubanos que aprovecharon el foro para denunciar el aumento de la censura y la represión en la Isla.
Michel Matos, productor independiente que asistió junto a David d'Omni a la reunión en Washington DC, contó a ADN CUBA que él también ha sido víctima de represalias por parte de las autoridades cubanas.
"El día después de la ponencia le enviaron mensajes a mi abuelo y a mi novia amenzando con llevarme preso, y enfatizando en el dolor que eso le iba a causar a toda la familia", dijo.
Matos contó también que al llegar al aeropuerto de La Habana le aplicaron un exhaustivo protocolo de aduana. "Quisieron ponerme dentro de una máquina de radiología, a lo cual me negué rotundamente. Me amenazaron con acusarme de desacato, pero me dejaron ir con la advertencia de que ese acto de negación podría tener consecuencias legales", añadió el también activista contra el Decreto 349.
