Cubanos piden el fin de los vuelos de deportación

Tres vuelos con 225 cubanos  deportados han sido enviados a La Habana en los últimos meses por la administración Biden y, pese a la decisión reciente de la Corte Suprema que deja en vigor las prioridades de deportación de la administración de Joe Biden, muchos en la comunidad cubana del sur de Florida temen que las deportaciones continúen como una manera de disuadir a los cubanos de entrar ilegalmente a Estados Unidos.

Este martes varias decenas de cubanos se concentraron en las proximidades del centro de detención de Krome para pedir la liberación de los cubanos migrantes detenidos, pues tienen miedo de que sean deportados, según reportó Telemundo 51.

El  domingo pasado varios cubanos estuvieron en el icónico restaurante Versailles, de la Pequeña Habana, para expresarse a favor de que a los cubanos con una I-220B con una orden de deportación se les permita permanecer en el país y para pedir una solución para quienes tienen una I-220ª.

La semana pasada la Corte Suprema dejó en vigor una estrategia de la administración de Biden que prioriza las deportaciones de migrantes con antecedentes penales o que representan un riesgo para la seguridad pública.

A pesar de la decisión de la Corte Suprema, la autoridad para determinar a quiénes se deporta y a quiénes no, recae sobre el gobierno de Biden, quien, al parecer, ha tomado la decisión de que, independientemente de que tengan o no antecedentes criminales, los cubanos tengan la prioridad para ser deportados. Es el gobierno quien tiene el control absoluto para definir las prioridades.

Un abogado le dijo a Telemundo 51 que la decisión de la Corte Suprema “ayuda a los abogados a hacer un argumento de: ‘Ellos no son prioridad. ¿Por qué los están deportando’ y también ayuda para los paros de deportación, personas que están en ese proceso a quienes se les pudiera cerrar el caso”?

Pero agregó: “No me imagino que el gobierno quiera dar la impresión de que el que llegue ahora está protegido por ley, porque el que llegue ahora podría pensar: ‘Ah, no van a deportar a nadie a no ser que tenga un delito’ y eso no es la realidad”.