Desaparecen los restos de una cubana en cementerio de Mayabe, en Holguín

Familiares de una cubana enterrada en el cementerio de Mayabe, en Holguín, debieron enfrentar la desaparición de sus restos mortales. 

De acuerdo con la denuncia realizada por Yoandra Avila, la hija de la fallecida, fueron al cementerio a sacar los restos de su madre y encontraron, tal como muestran las fotografías que publica, un verdadero desastre: tumbas abiertas y esparcidos los ataúdes descuidadamente. Avila aclara además: "mi madre nunca apareció, ni en administración, nadie nos sabe dar explicación sobre los restos de mi madre".

Yoandra Avila explica que en medio del dolor, "nos dijeron que tuviéramos calma, que iba a aparecer. Nos cogieron el número de teléfono, que nos van a llamar, pero nunca tuvimos una explicación convincente de dónde puede estar mi mamá".

Entre los ataúdes, Yoandra dice que creyó reconocer un gorro como el que llevaba su madre. "Me dijeron que no, que no era ese, que era una coincidencia. Pero al llegar a la casa decidimos ir al cementerio de nuevo para recuperar el gorro y así ir a la policía y hacer una denuncia. Nunca apareció el gorro y ya ese desastre lo habían recogido. Esto es un dolor grande para mí y mi familia; hay que tomar medidas, estas cosas no pueden seguir sucediendo, somos seres humanos y merecemos respeto", concluye la hija. 

El cementerio de Mayabe, en Holguín, tiene tristes historias similares a esta de Yoandra Avila. En febrero del 2024 un reportaje publicado en 14yMedio contaba la tristeza de un hombre cada vez que acudía a la necrópolis a llevar flores a su abuelo. "El panorama es desolador: ataúdes desarmados, fémures y tibias que sobresalen de los nichos y lápidas caídas. Los directivos del cementerio achacan parte del estado actual del camposanto al vandalismo y, recientemente, impusieron la normativa de que no se puede acceder con ningún tipo de vehículo al terreno". 

Otra familia contaba: "Pensábamos que cuando trasladaran los restos de mi tía del panteón en el que estaba, sería mejor preservar el nicho en el osario; pero aquí nada se salva, todo está en muy mal estado y cada vez que vengo me encuentro con un espectáculo distinto". Cuando abrieron el féretro de la tía abuela, "no tenía los huesos de las piernas y creemos que alguien se los robó vaya usted a saber para qué". 

 

 

 

 

 

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