Solo seis centrales están moliendo en la actual zafra azucarera en Cuba

La industria azucarera cubana atraviesa una crisis significativa en la actual zafra 2024-2025, evidenciada por el deterioro generalizado de su infraestructura y capacidad productiva, según datos oficiales de Azcuba publicados por el medio oficialista Granma.

La situación actual evidencia un deterioro dramático: solo están moliendo 6 de los 14 centrales que estaban programados para participar en la zafra y solo el 25% de la caña planificada fue procesada. Aunque la eficiencia industrial se reporta  en un 90%, la producción de azúcar se redujo a un crítico 21%, según datos oficiales de Azcuba.

 Según Dionis Pérez Pérez, director de Informática, Comunicación y Análisis del Grupo Azucarero Azcuba, aunque se ha logrado duplicar la producción respecto al mismo período del año anterior, esto se consiguió con cinco centrales menos en operación, lo que subraya la gravedad de la situación actual. 

El deterioro de la industria azucarera se atribuye a múltiples factores que cada vez se tornan más críticos en la isla, como las severas limitaciones en el suministro eléctrico, que afectan las reparaciones de centrales, así como interrupciones en centros de limpieza y talleres de mecanización, sumado a los problemas que hay en las fábricas nacionales que suministran piezas esenciales, informó el medio oficialista.

Además de los problemas en el suministro de oxígeno por averías en plantas y la falta de materia prima, solo se aseguró el 10% del financiamiento mínimo necesario para la zafra, lo que unido a la escasez crítica de combustible que afecta la logística y las operaciones, se hace imposible cumplir la demanda, agregó Granma.

La industria azucarera cubana, que históricamente fue el pilar fundamental de la economía del país, experimenta un significativo deterioro.

En 1959 Cuba contaba con 161 ingenios azucareros en operación. Sesenta seis años después, tras nacionalizaciones, disposiciones erradas del fallecido Fidel Castro y las trabas que impone un sistema económico estatal centralizado, ni siquiera se logra que funcione una mínima cantidad de centrales. 

Paradójicamente, la industria azucarera mantuvo su posición dominante en la estrategia económica del país durante más de tres décadas. En 1960 se implementó una estructura organizativa substancial con la creación de la Administración General de Cooperativas Cañeras del INRA, que supervisaba 621 cooperativas cañeras vinculadas a 161 centrales azucareros, a través de 6 delegaciones provinciales y 45 agrupaciones. 

Tras el proceso de nacionalización de 1960, el régimen tomó el control de 36 centrales azucareros estadounidenses, en agosto, y, posteriormente, de 105 centrales adicionales en octubre, junto con la nacionalización bancaria y empresarial mediante la Ley 890. 

El período entre 1962 y 1990 representó una época de crecimiento, respaldada por un robusto sistema de insumos productivos y el apoyo del antiguo campo socialista europeo. 

Según un artículo publicado por el economista Elías Amor, el punto de inflexión se produjo cuando el dictador Fidel Castro determinó abandonar la producción azucarera por considerarla no rentable, una decisión que tuvo consecuencias devastadoras para un sector que históricamente definió la economía cubana.

Esta decisión provocó el cierre de numerosos centrales azucareras, el abandono de campos productivos que fueron invadidos por el marabú y el desplazamiento forzoso de miles de trabajadores del sector azucarero. Como resultado, la producción actual ha caído a niveles críticos, aproximadamente a 300,000 toneladas, cifra comparable a la de 1898, durante la Guerra de Independencia. Este declive permitió que otros países, como Brasil e India, ocuparan el espacio que Cuba dejó en el mercado mundial, explica Amor.

El economista también señaló que el impacto va más allá de lo económico, manifestándose en una pérdida significativa del conocimiento acumulado durante siglos sobre el cultivo de la caña de azúcar.

La actual administración pretende resolver la crisis mediante la implementación de medidas superficiales, como la creación de colectivos laborales y el establecimiento de incentivos salariales, sin abordar los problemas estructurales fundamentales, agrega el especialista. 

De igual modo, el economista Omar Everleny Pérez señaló que la participación del azúcar en las exportaciones cubanas se redujo del 73% en los años 80 al 13% en 2015. 

La debacle de la industria azucarera cubana tiene una de sus máximas expresiones en que el país ha tenido que importar azúcar de países como Francia y Estados Unidos.