Navidad cubana y largas colas para la carne de cerdo

La carne de cerdo, todo un símbolo de las festividades en Cuba, desde hace unos años es la gran ausente de la mesa familiar en Navidad y fin de año. La inflación tras el llamado “Ordenamiento monetario” decretado en 2021 por las autoridades comunistas, así como el escaso incentivo para los productores, han convertido al “mamífero nacional” en un espécimen casi tan difícil de comer como las vacas y las langostas.

Una breve crónica escrita en Twitter por la poeta y artista del performance Martha Luisa Hernández Cadenas, ofrece una idea de la incertidumbre de los cubanos por estos días: “Dice mi mamá que está en la séptima lista, tiene el número 50. Mi mamá rechazó el privilegio de ser la responsable de la lista. El puerco no ha llegado todavía. Allí en Virtudes compran varias bodegas. Dice que vuelve a las 7pm a rectificar. El puerco vendrá otro día, nadie sabe”.

Buscando paliar la situación, el régimen ha topado precios de algunos productos y distribuye pocos alimentos para su venta controlada a través de la libreta de abastecimiento, incluida la carne de cerdo.

El viernes pasado, durante la noche, cientos de personas se aglomeraban en las afueras de la Plaza de Marianao, en La Habana, con la esperanza de comprar carne que sacarían al siguiente día, reportó CubaNet.

“Hay que estar aquí, hay que dormir aquí, si es que quieres coger tu pedacito de puerco porque mañana la molotera de gente es peor de la que ves hoy y se forma el relajo”, declaró una mujer al medio citado.

Según CubaNet, incluso si pernoctas a la intemperie desde el día anterior, puedes quedarte sin adquirir el alimento, pues solo se venden 20 piezas diarias. Aunque la venta de carne no es “liberada”, agrega el diario digital independiente, los clientes pueden comprar una pieza por núcleo familiar a un costo máximo de 250 pesos la libra, un precio menor que en el sector privado, donde ha llegado a los 450 pesos por libra.

“La carne que está vendiendo el Estado no se puede decir que está buena, tiene gordo cantidad [grasa], pero está más barata que la de los particulares”, explicó un hombre que esperaba su turno para comprar.

“Es humillante estar durmiendo en una cola para comprar un pedazo de carne sin saber si alcanzas, porque yo tengo vecinos que llevan días marcando y es que no viene mucha carne tampoco”, comentó otra persona.

Según un reportaje publicado por 14ymedio, la carne que está vendiendo el Estado muchas veces es “vieja, gris, casi verdosa. Predominan la grasa, los cartílagos y el hueso. Su textura es quizás lo más desagradable, propia del cerdo que no ha sido bien refrigerado (…)”.

No obstante, ante la carestía, muchas familias se unen para comprar entre dos o tres una pieza, cuyo costo puede rondar los 7000 pesos. Una habanera dijo a 14ymedio que por lo general se trata de carne de cerdo “con bastante grasa”, y viene sin empaquetar, por lo que supone que sea de cerdos cubanos.

“El local [donde busqué el cerdo] tiene problemas con la refrigeración, y cuando compré la pierna salí corriendo para la casa a meterla en el freezer porque si no, no llegaba a fin de año”, concluyó la mujer.