Varios cubanos están entre los migrantes que en distintos días de la pasada semana se manifestaron en la ciudad mexicana de Tapachula, en el sureño estado de Chiapas y fronteriza con Guatemala, para exigir al Instituto Nacional de Migración (INM) que acelere sus trámites de solicitud de asilo y les facilite autobuses para trasladarse.
Las autoridades mexicanas han apostado durante meses a la contención de los migrantes en Tapachula, lo que, unido al desbordamiento institucional para atender las crecientes solicitudes de asilo, ha hecho que la situación en la ciudad sea insostenible, al punto de que activistas la refieren como “la gran cárcel migratoria”.
Cientos de migrantes, en su mayoría de Centroamérica, pero también de Venezuela, Cuba, Colombia y Haití, protestaron el viernes y marcharon hasta las oficinas migratorias en Tapachula para intentar hablar con el encargado de regularización.
Allí les atendió un agente migratorio que afirmó que se continuaban entregando oficios de salida a migrantes enlistados para trasladarlos a otros estados.
Además de la protesta del viernes, en Tapachula y otras ciudades de Chiapas se registraron bloqueos y manifestaciones de migrantes que reclaman poder transitar libremente hacia la frontera estadounidense.
Tras la contención de los migrantes que ingresan por la frontera sur en Tapachula y la demora de meses para atender sus solicitudes, desde agosto se han formado varias caravanas que buscan abandonar esa ciudad y cruzar México, ya sea para agilizar la regulación migratoria de sus integrantes en la capital mexicana o proseguir hacia la frontera norte para intentar ingresar a Estados Unidos.
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Hasta el momento, sólo uno de esos contingentes ha logrado llegar a la Ciudad de México. Partió de Tapachula el 23 de octubre con cerca de 4.000 migrantes y hoy descansa en la capital con poco más de 300 integrantes, cuya situación las autoridades se comprometieron a analizar y atender.
El resto de los grupos fueron contenidos en el sur por efectivos de la Guardia Nacional, en ocasiones con uso desmedido de la fuerza, o aceptaron las tarjetas de visitante que les ofrece el INM por un año y que supuestamente les permite a los migrantes transitar libremente por el país, aunque muchos han denunciado que en la práctica no les permiten desplazarse hacia el norte en medios de transporte público.
La situación con los migrantes en el sur mexicano se enmarca en una crisis migratoria inédita en los últimos años. Las autoridades mexicanas han interceptado a 228.115 migrantes y han deportado a 82.627 de enero a octubre de 2021, números no vistos en más de 15 años.
De igual forma, 123.000 migrantes solicitaron refugio en los primeros 11 meses de 2021 en México, otro récord absoluto, pues en años anteriores no se rebasaban las 40.000 peticiones.
Del lado de Estados Unidos, entre el 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021 el número de migrantes detenidos por autoridades de ese país alcanzó el máximo histórico para un año fiscal de 1.734.686, según datos de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza.